LIONEL MORENO GUERRERO | El Nuevo Siglo
Viernes, 8 de Marzo de 2013

Una crisis inminente

 

“Dependeríamos solo de la extracción de petróleo y minerales”

El paro cafetero ha puesto de relieve el gravísimo problema de la economía colombiana: la incapacidad de muchos de sus sectores productivos para competir mundialmente. Fuera del petróleo y la minería muchos de nuestros productos tienen costos de producción que superan su precio en los mercados internacionales y la única forma de venderlos es subsidiándolos. Y cuando nuestros productos, para venderlos dentro del país, deben competir con importaciones más baratas (café vietnamita o azúcar brasilero, por ejemplo), la solución que se encuentra es limitar su ingreso con altos aranceles o cuotas de importación, lo que encarece el costo de vida en el país obligando a los colombianos a pagar más de lo debido por esos productos. La situación se ha dejado degradar a través del tiempo al punto de que los subsidios y protección son cada vez más insuficientes y se exige su incremento.

Como en la copla tolimense, entre más le van dando, más va pidiendo. En el proceso se desangra al erario, es decir, se emplean los recursos de los colombianos en subsidiar una producción ineficiente, en lugar de dedicarlos a inversiones generadoras de riqueza (infraestructura, salud, educación). Es claro que esta situación genera graves problemas sociales y que, políticamente, un gobierno no puede permitir que miles de caficultores y otros productores queden en la miseria. Pero tampoco puede un gobierno omitir buscar una verdadera solución al problema. No se puede subsidiar o proteger indefinidamente a caficultores, ganaderos, textileros, lecheros, arroceros, cultivadores de palma africana, sorgo, algodón o azúcar y hasta fabricantes de artesanías como los sombreros “vueltiaos”. Pero ante el éxito de la protesta cafetera y de los cacaoteros, que algunos creen es debilidad oficial, otros, como los transportadores de carga, saltan sobre la oportunidad.

Al gobierno, aun cuando estemos en año preelectoral, le toca ponerse firme so pena de ver proliferar las protestas y los paros. Tampoco se puede volver al proteccionismo de 1960. Que nuestra economía dependa solo del petróleo y la minería nos crearía un mayor desempleo, con los consiguientes graves problemas sociales. Gobiernos y productores, a través de los años, han permitido que la nuestra se vuelva una economía ineficiente. Urgentemente hay que tratar de corregir esta situación. Hay que buscar soluciones estructurales como incrementar la productividad (Brasil produce 3.125 kgs. de café por hectárea y Colombia solo1.250) y devaluar el peso que en 2003 estaba a 2.969 por 1 US$ y hoy a 1.805, una revaluación del 39% (Estados Unidos y Japón devalúan sus monedas mediante la compra masiva de bonos del gobierno imprimiendo moneda).

Los ineficientes deben desaparecer paulatinamente. Parece duro, pero es la ley del comercio. Si seguimos como hasta ahora, estamos condenados a ver desaparecer nuestra producción de bienes transables (aquellos que compiten con producción extranjera) y a depender solo de la extracción de petróleo y minerales, todas estas actividades que generan pocos empleos.