LIONEL MORENO GUERRERO | El Nuevo Siglo
Viernes, 12 de Octubre de 2012

No llores por mí, Argentina

 

En Argentina el populismo ha sido moneda corriente desde los tiempos de Juan Domingo Perón. Un país desarrollado en los años 30 es hoy parangón de desgobierno y sus ciudadanos han tenido que pasar por múltiples crisis. Perón los llevó a la quiebra económica y política, preludio de las dictaduras militares que la asolaron. Hoy día es el populismo de los Kirchner, primero de Néstor y ahora de su viuda Cristina, quien sigue el ejemplo de Chávez y que con la victoria de este en las elecciones del domingo pasado se sentirá animada a seguir en la misma vía. Las estadísticas oficiales argentinas no son de confiar, al punto de que el Fondo Monetario Internacional se sintió obligado a, en palabras de su directora, sacarle “tarjeta amarilla” al país austral y lo previno de que si al 17 de diciembre no corrige sus estadísticas sería expulsado de la institución, lo cual sería una gravísima sanción. Ha tenido también la humillación de ver embargado en Ghana el buque insignia de su flota, el equivalente de nuestro Gloria, a solicitud de un Fondo Mutuo poseedor de un paquete de bonos argentinos y sobre los cuales, desde 2001, Argentina se niega a pagar más de un 35% de su valor nominal. La moneda está sobrevaluada, la tasa oficial de 4 pesos/dólar, con una tasa en la calle de 6,2 y una inflación de más de 25% anual (no reconocida por el Gobierno), induce a importar, a desprenderse de los pesos lo más pronto posible, a tal punto que el Gobierno, queriendo tapar el sol con las manos, ha impuesto severas restricciones a las importaciones, entre ellas a las de Colombia, para obligar a sustituirlas y trata de presionar a las empresas que necesitan productos extranjeros a que exporten por montos similares. Por esta última razón muchas compañías extranjeras están abandonando el país al no poder traer las mercancías que necesitan, sean materias primas o bienes de consumo. Añádase a esto la expropiación de inversiones extranjeras como las de españoles y mexicanos en Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), sin adecuado resarcimiento y la negativa del gobierno de Kirchner de no pagar las indemnizaciones a inversionistas extranjeros a que las ha condenado el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi) del Banco Mundial, todo lo cual ha convertido a la Argentina en paria financiero internacional. El valor del seguro para las emisiones de deuda argentina (credit default swaps) es tan elevado que ni siquiera se menciona en los listados de precios de las publicaciones especializadas y tal vez el único tomador de deuda argentina es Chávez y de allí la efusiva felicitación de Cristina Fernández al autócrata venezolano. Argentina no está lejos de otra crisis financiera como la que sufrió en 2001 y de otro “corralito,” no encontrará simpatía alguna fuera de los países del Alba.