Las venas abiertas fue un documento, ensayo, del escritor uruguayo Eduardo Galeano, publicado en 1970, el cual argumentaba que desde la colonización de nuestros pueblos por parte de los imperios español, norteamericano, inglés, surgieron todos los males que nos circundan en nuestros convulsionados tiempos del continente sudamericano.
Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez, sostenía Galeano.
Viendo el panorama actual de la región, considero pertinente dejar una serie de observaciones a los gobiernos elegidos democráticamente.
Porque cuando un ciudadano elige a una persona que no conoce es porque deposita un voto de confianza en él.
Es porque cree que el gobernante cumplirá con los postulados doctrinarios que plantea durante su campaña electoral.
Es porque gobernará, primero, con quienes lo eligieron, sus votantes.
Es porque dejará de ser políticamente correcto con el fin de fijar posiciones claras, directas, para contar con una bandera, un discurso, una forma de ser de gobierno.
Esa bandera corresponderá a su guía, su camino, su andar.
Por ejemplo, durante el primer gobierno de Álvaro Uribe Vélez, sabíamos que su bandera era la seguridad democrática junto con sus más de 100 puntos de gobierno.
Solo necesitó el entonces presidente Uribe de 100 días, al mejor estilo de Napoleón, para organizar el desajuste creado por el proceso de paz con las Farc desde el Caguán.
A su vez, Juan Manuel Santos desde su primer día de gobierno nos anunció que él tenía la llave de la Paz. Me acuerdo como si fuera hoy. Cuando Santos pronunció es frase durante su discurso de posesión se sabía perfectamente para dónde nos llevaría, como en efecto nos aconteció.
Sin ir más lejos, aunque deberíamos entregar el beneficio de la duda, con la actual alcaldesa de Bogotá, Claudia Nayibe López, sabremos hacia dónde se dirige nuestra ciudad, Bogotá.
La anterior introducción para comentar que el suscrito ciudadano de a pie eligió, a fe ciega, al gobierno de Idm para que fuera totalmente diferente al anterior, Jms. Más aun, teniendo en cuenta la amenaza existente de que la izquierda carnívora se tomara el poder, como evidentemente sucedió en todas las principales capitales del país durante las pasadas elecciones regionales.
En el argot taurino se suele comentar que a corrida de gran expectación, corrida de gran decepción. Un año después, el gobierno de Idm, para mí, ha sido una gran decepción; no sin antes reiterar que para que se salve la débil democracia colombiana se debe salvar el gobierno de Idm, pero Idm debe rectificar su camino, como bien lo comentó alguna vez el expresidente Uribe.
Parodiando a Galeano, sería una estupidez guardar silencio frente a las amenazas que nos circundan.
¿Cuál es su bandera, señor presidente Duque?
Puntilla: Mientras tanto, Trump con más del 50% de imagen favorable, pleno empleo. Make América great again.