Muy frecuente se ha vuelto utilizar como argumento político que en nuestro país luego de las elecciones presidenciales podría adoptarse el modelo venezolano.
Lo anterior, a la par de una sistemática campaña de mentiras y engaños, tendientes a generar miedo, zozobra e incertidumbre entre los colombianos, tal como sucedió con la campaña del No en el plebiscito por la paz; siendo esa una de las 10 estrategias de "manipulación mediática" expuesta por expertos en la materia, como Noam Chomsky, al referirse al uso del aspecto emocional como "una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente el sentido crítico de los individuos."
Así mismo, la sicóloga Olga C. Estefan opina que "las pasiones, la emociones, los miedos del ser humano lo llevan a no ser coherente".
En consecuencia, lo indicado está en estudiar bien la situación colombiana y proponer soluciones, en vez de limitarse a crear pánico.
En Colombia, es fundamental que prevalezca un gobierno de participación ciudadana, con el respeto y la defensa de las fuerzas armadas por el régimen democrático.
Ningún bien le hacen a Colombia quienes avizoran aquí una "segunda Venezuela" cuando lo que allí existe es producto de un autoritarismo, desueto, arbitrario y tramposo, en contubernio con la fuerza pública.
A cambio de lo cual, un abanico de candidatos como el que existe hoy en Colombia, es la mejor demostración de la libertad de pensamiento y del derecho a la libre expresión, al igual que la oportunidad de poder elegir el gobierno que más nos convenga.
Queda por verse de cada uno de esos candidatos, cuál es su estrategia para conservar la independencia de los poderes públicos, las libertades individuales, la libertad de prensa y la economía de mercado. Y cuando tengamos claro lo que proponen, estará en nuestras manos tomar la decisión más acertada.
Pensemos más bien en iniciativas que convoquen al electorado a las urnas como la fórmula más eficaz de fortalecer la democracia, y no en la actitud facilista de amedrentar a la gente.
Por último, y para no ir muy lejos; además, para para tranquilidad de muchos, Imelda Daza, fórmula vicepresidencial de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, colectividad que surgió recientemente tras la dejación de las armas por parte de la guerrilla, dice que "el modelo venezolano, ni el de ningún otro país, se pueden adoptar en Colombia pues unos y otros no tienen las mismas características entre sí, de la misma manera que nosotros tenemos nuestras propias particularidades".