La ñeñe política | El Nuevo Siglo
Viernes, 13 de Marzo de 2020

La soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder.

José de San Martin

 

Absolutamente todos los ciudadanos nativos y extranjeros de un país serio, democrático y viable debemos responder por nuestras actuaciones ante la justicia, cuando esta nos requiera.

Para la ONU, el Estado de Derecho puede definirse como “un principio de gobernanza en el que todas las personas, instituciones y entidades, públicas y privadas, incluido el propio Estado, están sometidas a leyes que se promulgan públicamente, se hacen cumplir por igual y se aplican con independencia, además de ser compatibles con las normas y los principios internacionales de derechos humanos. Asimismo, exige que se adopten medidas para garantizar el respeto de los principios de primacía de la ley, igualdad ante la ley, separación de poderes, participación en la adopción de decisiones, legalidad, no arbitrariedad, y transparencia procesal y legal”.

Las indagaciones sobre este caso de posible compra de votos, temas al cual se refiere el Ñeñe Hernández, en conversación nada más y nada menos que con la secretaria privada del expresidente Álvaro Uribe Vélez, Claudia “La Caya” Daza, quién al conocer la grabación inmediatamente la destituyó, involucrara todos los estamentos de la justicia colombiana; Corte Suprema de Justicia, si se establece que uno de los mencionados es el actual senador Álvaro Uribe Vélez, el Consejo Nacional Electoral, porque se habla de compra de votos con dineros irregulares en una campaña; la Comisión de Acusación de la Cámara, por la supuesta mención  al presidente Iván Duque; Fiscalía General, porque relaciona a varios particulares en posibles delitos.

De las interceptaciones al Ñeñe, hay más de 25.000 registros en total para escuchar e investigar. Aunque en la Casa de Nariño niegan la cercanía con el Ñeñe Hernández, se le oyen frases como “el presidente Duque es mi hermano”; “estuve hablando con el Presidente esta semana” y “quedamos de hablar aquí, yo pedí una cita para hablar con él (el presidente Duque)”.

Las grabaciones que desataron el escándalo estaban engavetadas en la Fiscalía General, y se conocieron gracias al abogado Miguel Ángel del Río, quién las encontró cuando investigaba el asesinato del joven Óscar Rodríguez, baleado en agosto de 2011 luego de que un sicario lo confundió con su padre, Carlos Rodríguez, el verdadero objetivo. De acuerdo con la tesis de Del Río, el Ñeñe habría ordenado asesinar al padre para no pagarle una deuda de más de 1.000 millones de pesos. En las grabaciones menciona reuniones con el ministro de hacienda Carrasquilla, con la senadora María del Rosario Guerra, con el ministro de Defensa, Guillermo Botero y con altos oficiales del Ejército Nacional, entre otros personajes.

Si se presentaron irregularidades deben ser investigadas, pues ya existe un manto de duda por un posible, fraude electoral, con el cual, el presidente Duque venció en la primera vuelta a Germán Vargas Lleras, y en la segunda a Gustavo Petro. Lo denunciado por los periodistas Gonzalo Guillén y Julián Martínez es de una gravedad incontrastable y debe tener consecuencias.

lorenarubianof@gmail.com