No hay catalizador más efectivo para la evolución de un país que la educación. Nuevos paradigmas en torno a ella han surgido con la llegada de las tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial, que nos lleva a preguntarnos cuáles son realmente los conocimientos y habilidades que debe tener hoy un niño o una niña para que puedan responder efectivamente a los retos del mundo digital y ofrecer soluciones que aporten al crecimiento de la sociedad.
De acuerdo con el Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTic), en Colombia existe una brecha digital del 34,4%, cifra que se mide bajo cuatro lineamientos de acceso: motivacional, material, por habilidades y por usos. Además, uno de los grandes vacíos que todavía le queda por llenar a Colombia es el de la conectividad y eso lo demuestran las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), que apuntan a que apenas, al 2021, el 56,5% de los hogares en el país contaban con acceso a internet.
Las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) son herramientas que promueven un mejor desarrollo neurológico en los niños. De acuerdo con el informe “Primera infancia en la era de la transformación digital. Una mirada Iberoamericana” de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), las TIC no solo generan en los niños interés en aprender, sino que además fomentan un trabajo cooperativo potencializando el uso de espacios de discusión y debate. De igual manera, la digitalización favorece la estimulación de la creatividad, mediante la experimentación y la manipulación. Así, es posible que los niños generen diversas formas de comunicación a través de los juegos y de la exploración de nuevos ambientes incentivando también el autoaprendizaje.
Sin embargo, es importante contar con un uso adecuado, responsable y supervisado de las tecnologías ya que, sin una estrategia adecuada y un buen acompañamiento, estas pueden ser usadas únicamente como recreativas sin un aprovechamiento significativo para la educación inicial. Una de las opciones para que los niños y niñas puedan aprender de una forma más didáctica es a través de aplicaciones con juegos educativos de asociación de números y palabras, solución de problemas o coordinación. También están aquellas que incentivan el aprendizaje de un segundo idioma.
Es por esta razón, que cada vez más instituciones están implementando nuevas aulas interactivas para acercar a los niños a la tecnología, ya que muchos no cuentan con los recursos suficientes para acceder a dispositivos digitales desde casa. Un ejemplo de esto, es lo que estamos haciendo actualmente en la Fundación Gota de Leche, una institución fundada en 1919, que ofrece atención psicosocial, pedagógica y de alimentación a 242 niños y niñas entre los seis meses y cinco años, y que está respondiendo a los retos que demanda un mundo cada vez más conectado, al brindar acceso a tecnologías de vanguardia desde temprana edad.
Por eso, hemos implementado nuestro primer espacio digital, con apoyo de LG Electronics, con una pantalla interactiva de última generación que permite a los estudiantes acceder a aplicaciones, imágenes y videojuegos, recursos que facilitan y dinamizan el aprendizaje. De igual forma esta herramienta facilita el trabajo de los maestros, permitiéndoles crear clases más lúdicas y didácticas, para impactar de forma efectiva a las nuevas generaciones.
La digitalización en la educación no es un propósito lejano, es un proyecto que deberíamos ejecutar todos los agentes sociales como mecanismo para garantizar que los niños, niñas y adolescentes tengan las mejores oportunidades y cuenten con un sano desarrollo personal y social. La experiencia de la pandemia nos ayudó a tomar conciencia de que la brecha digital no es una problemática secundaria y que es urgente contar con políticas educativas impulsadas por la tecnología para preparar a los niños desde temprana edad para los retos del mundo 4.0.
*Directora de la Fundación Gota de Leche.