La bicicleta reina en Bogotá | El Nuevo Siglo
Jueves, 29 de Agosto de 2019

“Excelente solución convirtiéndose en problema”

Pocas ciudades en el mundo, y menos urbes megalópolis como Bogotá, cuentan con una red tan maravillosa de vías para los ciclistas. La bicicleta en esta ciudad se erigió como la reina del transporte, moviliza a más de un millón de personas que diariamente se desplazan a sus trabajos y estudios en su ‘caballito de acero’.

El alcalde Peñalosa, consciente del beneficio a la persona y la ciudad, desde su primera Administración hasta la actual ha sido consistente y comprometido con este medio de transporte. Y de verdad no se ha equivocado, puesto que ha favorecido a miles de personas y descongestionado el transporte masivo.

Bogotá, al terminar la actual Administración, tendrá unos 700 kilómetros de ciclorrutas, más los carriles laterales acondicionados para bicicletas, como en la carrera 11, entre las calles 100 y 80, o en las carreras 16 y 20… En fin, muchos otros lugares en donde se da preferencia a los ciclistas.

Loable labor, digna de ejemplo urbano y de vida, ya que no solamente la bicicleta resulta como el medio de movilidad más económico, prácticamente a cero costo, sino que es fácil, rápido y muy saludable, pues se ejercita todo el cuerpo aeróbica y anaeróbicamente.

Pero frente a esta gran solución también se presenta un grave problema que a diario crece en la Capital: la falta de regulación y control de las autoridades ante la imprudencia de los ciclistas. Una gran mayoría de estos son irresponsables y arbitrarios, factores provocadores de accidentes, invaden abusivamente las vías de los automotores, metiéndose entre los carros a toda velocidad, esquivando motos, automóviles y buses. Muchos de los ciclistas no respetan semáforos, aparecen en contravía teniendo las ciclorrutas disponibles, prefieren las calzadas de los automotores, no usan casco ni chaleco. En las noches una gran cantidad circula velozmente, sin luces… En fin, se han convertido en un verdadero problema y peligro para los carros y motos que, por lo general, cargan con la culpa en cualquier accidente.

Una excelente medida es el transporte ciclístico, pero se está convirtiendo en enorme problema para la ciudad, pues día a día crecen los usuarios, parte de ellos con un concepto anárquico, creyéndose los dueños de las vías.

Falta legislación y control. Es hora de que el Concejo de Bogotá expida una reglamentación. No sabría si el Alcalde por decreto lo podría hacer, pero lo cierto es que se requieren esas medidas y urgente, primero, para proteger a los propios ciclistas y, segundo, para no fomentar más el desorden. En tercer  lugar, las bicicletas, así como las motos y vehículos automotores, deberían pagar un impuesto, así sea pequeño, ya que ellos son usuarios de las vías.

Igualmente se puede pensar en protegerlos a ellos y a los ciudadanos imponiendo un seguro que los cubra, como también a los terceros que puedan atropellar, como sucede con frecuencia. Utilizar casco, chaleco reflectivo, luces nocturnas, debe ser obligatorio. Hay que expedir una normatividad que los regule, prohibiéndoles utilizar las vías en donde exista ciclorruta.

Ignoro si esto existe y, en caso afirmativo, entonces la Secretaría de Movilidad estaría fallando por laxitud, dejándose coger ventaja negativa, lo que lleva a que un maravilloso sistema de movilidad se convierta en problema, en vez de un beneficio para la ciudad.

arangodiego@hotmail.com