De pronto es atrevido lanzarse a dar un balance de la presentación de Colombia en los Olímpicos Tokio 2020, como simple fanática de este encuentro que enaltece al mundo cada cuatro años, pero nada mejor que hacerlo desde la simple vista de una espectadora común, que vibra con la bandera y coraje de cada uno de ellos, ya de por sí de gran mérito por el solo hecho de ser parte de la delegación.

La venia inicial es, por esto mismo, un gracias a su ingente esfuerzo, en medio de un año y medio de hacer frente a la pandemia y a lesiones -en varios casos-. Por supuesto, siempre el deseo es ganar y estar entre los grandes. Por esto si resultan oportunas apuntar algunas conclusiones.

Por estándar, Colombia baja su puesto básicamente por no alcanzar medalla oro aunque es el primer país en la lista a partir de quienes se encontraron en esta situación, por su mérito en platas y bronce, con la salvedad que participó con menor número de atletas (menos de la mitad de Río y 31 menos que en Londres) y también en menos disciplinas (sólo una más que en Londres y 5 menos que en Rio).

Las cuatro medallas de plata y la de bronce son orgullo y cosecha de la siembra. Se resaltan también los 12 diplomas, muchos en disciplinas que mantienen la senda o por nueva participación como de quienes estuvieron cerca de lograrlo o lo hicieron por primera vez.

Sin embargo, más allá de las estadísticas -que no dejan de mostrar a los grandes-, más en prospectiva, están los puntos sobre las íes que marcó el desempeño de esta faena a nivel mundial para seguir adelante.

Las conclusiones parecen ser obvias pero sin lugar a dudas son las líneas rojas para el nuevo Ministerio del Deporte: continuar en mantener los logros o acercarse a ellos, con consideración a los posibles traspiés que en ocasiones trae el deporte; penetrar con fuerza en los Panamericanos y campeonatos del mundo y demás estándares que facilitan la entrada a Olímpicos; incursionar cada vez en mayores disciplinas con un enfoque complementario importante en la educación primaria hasta universitaria; seguir las buenas experiencias como lo han sido varias disciplinas, entre ellas el patinaje, aun no considerado en la plaza Olímpica.

Seguir la metodología de la denominada planeación prospectiva, propia de la planificación de la gestión pública, que busca anticipar una visión futurista por parte de los expertos, para llegar a lo viable y atar acciones, hecha de la mano y en conjunto, no sólo con todos los atletas que participaron este año más los de Rio y Londres, que son los actores principales, ayudará como sugerencia a continuar el derrotero.

Es una lástima no poder nombrar a cada uno en su trayectoria, pero son ellos quienes pueden seguir poniendo la marca a las políticas necesarias que nos den los triunfos en París.

*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

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