JUAN DIEGO BECERRA PLATÍN | El Nuevo Siglo
Domingo, 4 de Mayo de 2014

Mentiras electorales

 

Es cierto que en nuestro país no sabemos de política, que nuestra memoria apenas nos permite recordar el último escándalo y que tenemos tantos problemas que a veces simplemente preferimos hacernos los de la vista gorda y dejar pasar nuestra realidad. Sin embargo, es realmente absurdo que ahora las campañas presidenciales pretendan vendernos la idea de que aquello que no se hizo antes, súbitamente ahora va a ser hecho. Son las promesas que siempre hacen quienes aspiran a convencer a la gente de que ‘ahora sí’ se va a realizar lo que ofrecen.

Lo más irónico es que algunos de los que aspiran a conseguir su objetivo de alcanzar el poder logran convencer de la bondad de sus propósitos y la efectiva realización de sus proyectos en ‘beneficio de todos’.

Sale Óscar Iván Zuluaga a decir que él fue ministro de Hacienda, entonces que sabe cómo hacer que Colombia sea el país que nunca fue cuando él estaba allá arriba, y Juan Manuel Santos a decir que ahora sí viene la prosperidad social, y Clara a decir que el voto sí puede cambiar al mundo, y Marta Lucia a parecer de menos de 80, y Enrique Peñalosa a aparentar que es un buen candidato. Y a todos se les nota el desespero, como si Álvaro Uribe fuese a castigar a Oscar Iván o a Marta Lucia si no ganan, y Jerónimo a burlarse de Santos si pierde, y Samuel Moreno a cobrar comisión por un nuevo desastre del Polo o Gustavo Petro convertirse en el nuevo asesor de Enrique.

La campaña es pálida porque todos pelean contra Santos, hasta él mismo, y todos le rinden pleitesía a Uribe y todos quieren ganar para demostrar que pueden, no para hacer algo por el país. Es una campaña egoísta, errática, como descafeinada en un país cafetero. Pero cualquiera se puede imaginar los ríos de inversión publicitaria para decir mentiras y los millones de pesos perdidos para las mismas falsas promesas.

Pero en eso estamos, como sufriendo de nuevo en pensar cuál puede ser el menos malo de todos como si fuésemos un país que de verdad mereciera gobernantes así. Pero si nuestras opciones de país se reducen a un tipo como Petro que sigue diciendo que puede hacer lo que quiera, o a un tipo como Uribe que cree básicamente lo mismo, estamos jodidos. Como un país agricultor con el campo quebrado, casi lo mismo.

@juandbecerra