JUAN DIEGO BECERRA | El Nuevo Siglo
Domingo, 7 de Julio de 2013

Las obras en mentiras

 

Quizá  por la necesidad de mostrar resultados, quizá por tratar de evitar aumentar los escándalos que desde hace años vienen aquejando a las obras de infraestructura que llevan mucho tiempo en proceso de terminación, el Gobierno viene prometiendo fechas en las que se harán las entregas finales de los trabajos viales a lo largo del país. Y la verdad es que al recorrerlas, sin tener demasiados conocimientos de ingeniería o arquitectura, es imposible que se ajusten a los plazos prometidos. Al final nos dicen mentiras para no seguir haciendo crecer la indignación.

La doble calzada de Bogotá a Girardot es el mejor ejemplo reciente. El concesionario dijo que la entregaría en agosto, la Agencia Nacional de Infraestructura afirmó que será a finales de 2013, pero un recorrido por la vía promete por lo menos otro año más en obras. Y después de seis años de atrasos por justificaciones absurdas que no tienen que ver con los colombianos que la recorren regularmente, aún hay trancones infinitos y peligros evidentes para los conductores y pasajeros. Y seis años después nadie responde y nos siguen diciendo mentiras.

Claro, ahora muchos afirman simplemente que era la presencia de los Nule la que generó los atrasos. Quizá tengan mucha culpa en el proceso. Pero también es cierto que las interventorías y las autoridades llevan seis años dándoles vuelta a los mismos argumentos, mientras una de las vías con más tránsito del país sigue en un estado deplorable, por decir lo menos, sin mencionar que los tramos terminados sin señalización son aún más peligrosos que aquellos que no han sido intervenidos.

Eso sin decir nada sobre la magnífica Autopista Sur que parece una vía terciaría en una vereda cualquiera de nuestro país en lugar de la puerta de entrada a la “Atenas suramericana”, que causa tristeza hasta para aquellos que la recorren todos los días. Por lo menos debe decirse que es una falta de respeto con los ciudadanos, pero eso claramente, importa poco para aquellos que las realizan.

Lo único claro es que los tiempos no los cumple nadie. Que para evitar escándalos decir verdades a medias es una medida utilizada constantemente para evitar que los ciudadanos de repente tomen fuerzas para protestar. De nada sirve tener contratados miles de kilómetros de obras mientras seguimos sometidos a los mismos caminos miserables que nos han dejado los malos contratistas. Pero nosotros nos quedamos con las noticias de los periódicos, mientras ellos, los contratistas, siguen llenando sus bolsillos con peajes en obras interminables.

@juandbecerra