JUAN DIEGO BECERRA | El Nuevo Siglo
Domingo, 30 de Junio de 2013

Nos deben las explicaciones

 

Qué  vaina que de repente en la mitad de la capital colombiana termine siendo asesinado un agente de la DEA por parte de una banda de atracadores. Es triste salir en las páginas de los periódicos del mundo con una noticia de esa magnitud, aún más cuando aclaran que el agente estuvo, antes de llegar a Bogotá, en varias zonas de guerra de las que salió ileso. Por eso y primero que todo, paz en su tumba y castigo a quienes le asesinaron.

Ahora bien, es inconcebible que a los culpables del asesinato del señor los agarren un par de días después del hecho, como para mostrar que en esta ciudad la policía sirve de algo, cuando a miles de bogotanos les han hecho lo mismo, probablemente los de la misma banda, y termina siendo una tortura poner la simple denuncia. Porque nunca los encuentran. Y todo sigue como si nada.

Porque parece que entonces los bogotanos somos ciudadanos de segunda frente al agente de la DEA. Y parece que es más importante para la policía tratar de mejorar su imagen deteniendo a esa banda en particular, dejando en segundo lugar a todas las otras que azotan diariamente a los bogotanos. Las zonas están identificadas, hay reportes que se repiten y se repiten en los medios. Pero a esos nunca los encuentran. Y como siempre, todo sigue como si nada.

Estoy convencido de que la policía nos debe una explicación a los bogotanos. Creo que deben explicarnos por qué en este caso de repente sólo fueron necesarios un par de días y no los meses que toman en una respuesta que al final no dice nada, cuando la víctima es un ciudadano de a pie. Deberían decirnos cuáles fueron los mecanismos para identificar a los señalados y por qué esos mismos no son utilizados cuando los que nacimos acá sufrimos de la misma suerte.

La verdad como ciudadano común hubiese preferido que a estos no los hubiesen identificado nunca, para al menos poder decir que las bandas son muy sofisticadas o algo por el estilo. Pero con la diligencia mostrada por la policía en este caso sólo quedan las dudas sobre un sistema que funciona en verdad para unos cuantos, como si ser colombiano también fuese un estigma dentro del territorio nacional.

Insisto, paz en la tumba del agente que infortunadamente se encontró con una banda de miserables que terminaron con su vida. Pero debo insistir también, la Policía Metropolitana nos debe varias explicaciones.

@juandbecerra