JUAN DIEGO BECERRA | El Nuevo Siglo
Domingo, 21 de Abril de 2013

Peras y manzanas

 

No  entiendo lo que viene sucediendo con la Alcaldía Mayor de Bogotá luego de las últimas publicaciones sobre el cartel de la contratación que se han realizado en las semanas anteriores. Parece que les encanta sumar peras con manzanas, que se quieren justificar desde una orilla que nada tiene que ver con las críticas que desde muchos ángulos vienen realizándose, que los argumentos parecen estar refundidos tratando de buscar conciliarse con una opinión pública que se mantiene una posición vigilante contra el burgomaestre. Parece que siguen perdidos.

Hasta donde recuerdo, no hay nadie que haya venido hablando de lo corrupta que es la administración actual o que haya manifestado su inconformidad con los descubrimientos de la comisión que levantó Gustavo Petro antes de llegar a la alcaldía y que destaparon los grandes desfalcos que venían realizando en la administración anterior. De hecho el país entero y la opinión pública lo celebraron, al punto de haberle llevado hoy a ocupar el segundo cargo en importancia en el aparato del Estado colombiano. Ahora bien, ¿qué tiene que ver eso con los problemas en ejecución que Petro ha demostrado y que tienen hoy a Bogotá en la crisis en la que está?

Por eso digo que es sumar peras con manzanas. La administración viene sacando pecho por una actividad realizada antes de asumir el reto actual, pero sigue insistiendo en lavarse las manos cuando se refiere a los problemas que hoy aquejan a la ciudad. Es como cuando un niño pierde el año, pero saca como excusa que se comió el almuerzo juicioso durante el año.

El problema radica en que de ahora en adelante todo va a ser culpa del cartel y la justificación será que no se ha podido hacer nada debido a las actuaciones de muchos dentro de la administración anterior. Creo sinceramente que así pudiese llegar a ser en algunos asuntos donde la totalidad del dinero pudo haberse perdido, pero hasta ahora el principal problema de la administración es una verdadera falta de planeación y un evidente discurso ininteligible sobre el futuro de la ciudad que quiere la actual administración.

El Alcalde debe tratar de dejar atrás el orgullo de ejercer control político para convertirse en un ejecutor. Hoy ya no es un senador sino un alcalde, con ocho millones de personas que esperan actuaciones suyas. Por eso celebro sus actuaciones pasadas pero sigo creyendo que hasta ahora ha realizado una pésima labor como alcalde mayor de Bogotá.

@juandbecerra