Las vueltas del discurso
Por alguna maravillosa razón en nuestro país, los discursos son utilizados para generar desinformación en la población. De repente con una vuelta terminan afirmando cosas que no son ciertas pero que fueron tan tácitas que ni quiera los hablantes se habían dado cuenta, se escudan en las palabras para hacerse víctimas, para justificar los errores. Los casos se repiten todos los días en nuestros gobernantes, como si a los colombianos de a pie nos consideraran niños de preescolar que no entienden aún nada.
El ejemplo más sencillo viene por parte del alcalde de la capital de la República, Gustavo Petro. Con su discurso polarizador y orientado a victimizarse para intentar cubrir los numerosos espacios de improvisación que han caracterizado a su administración, trata de llevarse por delante la realidad de lo que está pasando en la ciudad.
Él afirma que los medios y los columnistas están en contra del maravilloso sistema de aseo que terminó imponiendo a la ciudad, porque de repente todos hacen parte de una mafia en la que se quieren aprovechar de la basura, evitar el reciclaje y aprovecharse de los recicladores que tanto apoyo necesitan del gobierno. El asunto, creo, es que esa nunca fue la discusión.
La única cuestión de fondo versaba sobre la capacidad y conveniencia de crear una institución pública a las patadas para enfrentar el monstruo de la recolección de basuras en la ciudad. La realidad mostró que no había planificación ni capacidad técnica para abordar el proceso, tirando al traste las buenas ideas para con los recicladores y la disminución de basura que terminaba entrando al relleno de Doña Juana.
El problema fue la improvisación, no la empresa en sí misma. Si los resultados hubiesen sido apenas una fracción de lo esperado, nadie hubiese abierto la boca, las críticas se hubiesen perdido en el viento.
Y no sólo por lo que sucedió el día del inicio del nuevo modelo, sino lo que se presentó después con la subcontratación de operadores privados y los problemas actuales de contratación de los camiones y los pagos al personal. ¿Cincuenta millones de multa por un contrato de varios miles de millones de pesos? ¿Personal contratado sin pago alguno? Eso es improvisación y falta de control. Nada tiene que ver con las buenas intenciones o con carteles de la mafia agazapados detrás de los medios o los columnistas.
Las vueltas en el discurso de Gustavo Petro sólo buscan polarizar para hacerlo quedar como una víctima y dejar que sus errores pasen de agache, ese sí es un verdadero problema.
@juandbecerra