JUAN DIEGO BECERRA | El Nuevo Siglo
Domingo, 24 de Agosto de 2014

VAGONES

La ley versus la razón

Los  últimos hechos permiten abrir un nuevo debate por cuenta del Alcalde Mayor de Bogotá. ¿Qué debe hacer un funcionario público, cumplir la Ley o tener la razón? Es la dicotomía en la que nos ha sumergido Gustavo Petro, es la realidad de su administración pública. Y como no es de extrañar en él, lo importante es su razón, y como siempre o por alguna extraña coincidencia los petristas salen a defenderlo, como si no hubiesen peleado toda la vida contra el abuso de aquellos, esos que llamaban derecha, que imponían su razón sobre la ley, como si no hubiese sido su caballito de batalla defender la ley como mecanismo de protección contra los abusos de las tiranías mayoritarias.

Ahora el alcalde Petro defiende todas sus actuaciones así sean en contra de la ley. Porque como decía Nicolás Maquiavelo, como practicaba el expresidente Álvaro Uribe, los medios no son tan importantes como los fines, los de él, los de sus forma de ver el mundo.

Y Gustavo Petro se enfrenta a todos, a los mecanismos de control, al Concejo, al Congreso, a los ciudadanos. Y pasa por encima de todos con su carita de víctima, como si el país le estuviera haciendo daño cuando le pide que cumpla al menos los lineamientos mínimos de contratación.

Lo más grave es que salen sus secretarios con la misma visión obtusa de hacer las cosas tal y como el gran patriarca lo dice, igual que los parlamentarios del Centro Democrático con Uribe, igual que los ministros del vecino país, que los boliburgueses. Acá el criterio desapareció como requerimiento para ocupar cargos públicos, se necesitan borregos, que digan que sí porque sí. Y pobre Gustavito hola, que lo tratan mal, que lo persiguen por su pasado político, tratando de acabar con el proceso de paz. Como si de verdad Petro fuera a hacer algo más que dejar a la ciudad en medio del gigantesco desastre en el que está convertida.

Claro, creo que tiene buenas intenciones, como bien lo mencionaron en el artículo que tanto show ha hecho en la última semana. Pero es un pésimo ejecutor, un desastre como administrador y un estratega que deja mucho que desear. Porque siempre está pensando en el show, en tener la razón, en ser la única verdad, cuando no es ninguna de esas, cuando no tiene idea de lo que realmente está haciendo.

Ojalá alguien le diga a Petro que si no está de acuerdo con la ley tiene es que ir al Congreso a hacer leyes nuevas.

@juandbecerra