VAGONES
Una pizca más de sal
SI no era suficiente la novela entre el Procurador General y el Alcalde Mayor de Bogotá para hacer de esta época electoral una triste comedia que lamentablemente quedará en nuestros libros de historia, la vuelta de Francisco Santos al Centro Democrático y la disidencia de los Progresistas dentro del Partido Verde por cuenta de la candidatura de Enrique Peñalosa son la cereza que le faltaba al pastel.
Ya no es sólo que los funcionarios públicos abusan de su poder, como el Procurador, o que se enfrentan a las normas constituidas, como Gustavo Petro, sino también que desconocen la democracia de las agrupaciones políticas y tiran al suelo la poca credibilidad que aún guardaban los partidos en nuestro país. Era lo único que nos faltaba.
Que Francisco Santos salga a enfrentar al candidato que fue elegido por una convención nacional, porque no le parece un buen candidato es una cosa. Otra bien diferente que ahora prefiere irse con el candidato de otro partido, porque ese sí lo representa y ese sí puede ganar. Que los Progresistas no estén de acuerdo con los lineamientos de Peñalosa, entendible pudiese ser, pero llamar a la no participación para lavarse las manos es mezquino. No por cuenta de las diferencias, por cuenta de la manipulación política que pretenden lograr con ellas.
Hoy sólo parece claro que si el Centro Democrático no logra lo que quiere, pasará por encima de lo que tenga que pasar para lograr su cometido, sólo se aprecia claro que los Progresistas aceptarán la democracia siempre y cuando les sea favorable. No importan las reglas de juego, no basta la legitimidad de las acciones. Es un cálculo simple y llano, son los únicos que tienen la razón y en el fondo nada más es importante.
Esa era la pizca que le hacía falta a la sopa política en la que nos hemos venido ahogando. Ya no es sólo la presencia de grupos al margen de la ley en nuestro Congreso, ni la falta de coherencia en los partidos políticos, ni la corrupción que no deja de corroer cada centímetro de nuestro territorio. Es el fin que justifica los medios, el todo vale. Un simple llamado a la pereza mental.
Lo que realmente me preocupa es que ambos grupos se presentan como opciones alternativas de poder, ¿acaso eso es lo que nos puede esperar con ellos?
@juandbecerra