JUAN DIEGO BECERRA | El Nuevo Siglo
Domingo, 29 de Diciembre de 2013

La misma política de siempre

 

Nuestra  sociedad viene avanzando a una velocidad que muchas veces nos va dejando atrás, nos supera, nos arrasa. Aparecen reivindicaciones que hace menos de una década parecían imposibles, culturas urbanas que agrupan a miles de jóvenes y no tan jóvenes, espacios de debate en los parques de barrio, en las pistas de algún deporte extremo, en las nuevas iglesias. Pero extrañamente nuestra política mantiene su ritmo lento, el mismo estereotipo de la corbata y la vida perfecta, un alejamiento absoluto de lo que sucede en las calles.

Y la diferencia de las velocidades de nuestra sociedad y de nuestra política es fácil de ver. Estamos en un cambio generacional en nuestros políticos, podemos ver hoy no sólo a numerosos delfines sino a muchas caras nuevas en los listados que serán presentados al público en los próximos comicios. Pero todos son iguales, todos mantienen la misma idea de representar un fenómeno social que ya no existe, el de la gente normal. Todos tienen cara de políticos.

Y en una sociedad como la nuestra en la que los bogotanos seguimos señalando a Diomedes Díaz por el contenido de sus canciones, o los paisas a Juan Manuel Santos por no parecerse a Uribe, estamos pretendiendo tapar con un dedo las diferencias de criterios que se presentan en una sociedad diversa como la nuestra, con una clase política que de repente pretende seguir siendo la misma de siempre. Y se sigue alejando de la gente, y se mantiene el tamal y el aguardiente como el mecanismo de conseguir votos.

Los políticos irreverentes desaparecieron en nuestro país. Y nos quedamos con los lentejos y con los que quieren llegar a hacerse lentejos. Y no existen jóvenes con la idea de cambiar al mundo, y no existen viejos con la idea de echarlo para atrás. Simplemente un poco más de lo mismo, de las mismas sesiones aburridas, de los discursos de siempre.

Este 2014 no nos traerá algo diferente, pero es claro que debemos hacer algo para que nuestra política no termine siendo un dinosaurio cuya carga se vuelva en un lastre para la sociedad. Y no podemos tener una sociedad que no se vea representada por la política porque perderá su rumbo y seguiremos en las mismas. Es la hora de que alguien se dé cuenta que el país necesita una clase política que quiera representar a alguien que no termine siendo ella misma.

@juandbecerra