Juan Camilo Restrepo | El Nuevo Siglo
Domingo, 7 de Febrero de 2016

NOVELA HISTÓRICA

 

 

En los tiempos de la viruela

A flor de piel, evocación de la misión científica española”

 

 

LA  reciente literatura española está explorando  una veta con excelentes resultados: la de la novela histórica. Pero no simplemente ubicando  personajes dentro de una época histórica, sino investigando a fondo, con ayuda de archivos si es necesario, el tema  y el momento en que se desarrolla la novela.

A esta generación de novelistas históricos sobresalientes que están trabajando actualmente  en la madre patria pertenecen autores como Ildefonso Falcones, Santiago Posteguillo, Alfredo Perez- Reverte, y Javier Moro.

Éste  último acaba de publicar una novela espléndida titulada “A flor de piel” , cuyo tema central es la expedición científica organizada bajo el mandato de Carlos IV, en 1803, tanto a  los virreinatos americanos como a las Filipinas. Y  cuya misión era difundir la vacuna contra lo que en ese momento era el principal motivo de muerte en el  mundo entero: la viruela. La misión científica española visita también  el Virreinato de la  Nueva Granada y Bogotá, siendo Virrey Amar y Borbón, donde la viruela había hecho estragos.

Este esfuerzo del periclitante imperio español hizo  parte del  postrer interés de los borbones por estudiar los recursos naturales, la mineralogía, la navegación y, en fin, la geografía de un imperio que pocos años después perderían para siempre.

E igualmente del interés típicamente  borbónico por mejorar las condiciones urbanísticas y de salubridad en las ciudades del imperio. Es la época de varias expediciones hacia América, como la botánica presidida por José Celestino Mutis en el Virreinato de la Nueva Granada;  el momento de la visita de Humboldt, o de  grandes expediciones científicas alrededor del mundo como la de Malaspina.

La viruela fue la  mayor peste del siglo XVIII. El último premio Nobel de economía, Angus Deaton,  por ejemplo, ha escrito en su libro  “El gran escape” lo siguiente: “la viruela fue una de las principales causas de muerte en Europa en el siglo XVIII. En las ciudades que eran suficientemente grandes como para que la enfermedad estuviera presente de manera permanente, casi todos padecieron viruela en la niñez, y quienes sobrevivieron tuvieron inmunidad vitalicia”.

La vacuna contra la viruela fue desarrollada por Edward Jenner, un inglés, en 1799, pero el gran mérito de haber difundido su vacunación a lo largo y ancho del imperio en el que ya comenzaba a ponerse el sol  perteneció a España, y concretamente a través de esta expedición universal que  llegó hasta la China.

Un dato curioso: la cepa de la vacuna  provenía de ganados infectados del norte de Europa, pero como era imposible transportar dichos ganados a lo  largo y ancho de la America Española, fueron niños, a quienes se les inoculaba el virus y aunque no morían  fueron portadores en sus cuerpos de la vacuna que se multiplicó  en todo el  imperio Español. De ahí que los grandes protagonistas de la novela de Moro sean niños entre cuatro y ocho años. Y de ahí también la  característica de la expedición científica que presidieron  el médico Francisco Xavier Balmis y  Josep Salvany.

Y por último,  la palabra “vacuna” nace en los esfuerzos por controlar la viruela. Como lo recuerda Javier Moro: “En 1858, cuando  Louis Pasteur inventó la inmunización contra la rabia, la llamó vacuna (recuérdese que la cepa provenía de vacunos infectados) en honor a Jenner. La palabra pasó a ser sinónimo de inmunización contra un sinfín de enfermedades que poco o nada tenían que ver con la viruela”.