LA OTRA CARA
Apagar no pagó
NINGUNA de las 20 localidades de Bogotá se escapó de la catarata de alzas en facturas por consumo de energía correspondiente al último mes.
Si el usuario pensó que uniéndose a la campaña -Apagar paga- contribuía a reducir consumo y bajar su tarifa de energía, no lo logró. Con certeza puede estar convencido que los incrementos en tarifas como las registradas en febrero y marzo y abril, continuarán como chorro, no de luz, sino de pesos, durante el año.
Parecería que hay otro fin, bien disfrazado para aumentar tarifas, informándole al ciudadano, un supuesto -consumo en exceso- en el periodo cobrado.
Sectores densamente poblados, pertenecientes a todos los estratos socioeconómicos, saltaron en los últimos días, por el corrientazo en sus bolsillos, tras contabilizar alzas en los últimos 3 meses.
Pese al apagón voluntario, el aumento fluctuó entre 10 y el 35 por ciento, rotulado como -consumo en exceso- de acuerdo con la última lectura en contadores residenciales.
Una empleada en almacen de cadena, con local en el norte, donde trabaja todo el día, muestra su factura con alza del 35 por ciento, por consumo en su vivienda de Bosa, en el sur, a la que llega solo al entrar la noche.
Otros aumentos en residencias de estratos 3, 4 y 5, con todos los equipos desconectados, gran parte del día, como recomendó la campaña para que no marcaran, recibieron facturas con aumentos de 12 a 20 por ciento.
El disparo de tarifas se sintió en conjuntos de apartamentos, casas, torres residenciales y oficinas administrativas que cubren pago de energía de áreas comunes, porterías y dependencias de aseo de los edificios. Los cobros pasaron de 700 mil pesos en febrero, a 1 millón 200 mil en abril. Y eso que apagaron luces en jardines por la noche.
Es el reflejo de la protesta ciudadana frente a las cajas de bancos, lugares adecuados para pagar lo que no se consumió y escuchar quejas sin fin.
Las superintendencias, de Servicios Públicos y de Industria y Comercio, si abren una vía por internet para la ciudadanía, comprobarán el desencanto con estas campañas y, verificarán, si hubo manos resbalosas al establecer los consumos de los usuarios. Se debe investigar si taparon algún hueco con las alzas.
Quedan dudas sobre el denominado -consumo en exceso- una cuenta exagerada, similar a un ‘clavijazo’ en taxi.
Para los ciudadanos, la campaña quedó: -Apagando, se pagó costoso a Codensa-.