Juan Álvaro Castellanos | El Nuevo Siglo
Jueves, 25 de Febrero de 2016

LA OTRA CARA

Drama guajiro

 

AL margen de la pedagogía armada de la guerrilla, ocurrida la semana pasada, queda claro que las dos guerrillas rondan la región fronteriza con  Venezuela, donde han sido acogidos, al igual que les ha servido de puente para pasar a puntos abandonados por Colombia.    

Y no es para asombro porque conocen su terreno. Hace 20 años se advertía corrupción, miseria y guerrilla en La Guajira, área para accionar lo ilegal, alternando con capos regionales que dominan contrabando, narcotráfico y negocio fraudulento de gasolina, entre otros. Luego aparecieron los paramilitares.

Durante años los capos infiltraron política y administración pública. Su economía, aparte de ser proveedor de gas, tiene el carbón, que ha pasado varias veces, de nacionales a extranjeros, inclusive con vida aparte en trabajo y residencia.  

El abominable episodio con 19 niños muertos por desnutrición sirvió de alerta para que el país mirara el crudo escenario de  15  municipios, en 20 mil 180 km, con diferentes etnias y población de 850 mil personas. 

En La Guajira falta todo. Vías, transporte regional, acueductos, energía y hospitales. Debe ser prioridad nacional desde este año, si es que estamos convencidos que La Guajira es colombiana.

Ojalá no se sorprenda el país el día que a alguien se le ocurra proponer independencia peninsular. Es departamento desde 1964.

Aunque se diga lo contrario en distintos medios ciudadanos, el siglo XX fue  marcado por el arribismo social que marginó a las etnias, por imitar culturas de Europa y Norteamérica. Así se acentuó el olvido a La Guajira.

Apenas hace pocas semanas avanza la apertura de pozos y movilización de agua en labores de  Armada y Ejército, reforzando el auxilio con elementos básicos como bienestarina y alimentos. Esa ayuda no puede ser flor de un día.   

El  golpe social es la falta de trabajo. No pueden depender solo de comercio ilegal y juegos de azar.  

Ingeniería colombiana sugiere instalación masiva de energía solar para vivienda, campamentos de trabajo y servicios médicos para desarrollar un plan estratégico en industria artesanal, confecciones, manufacturas y algo de agro cultivable en la península, además de hoteles, eventos de cultura guajira, turismo y deportes.

Cobraría importancia la energía solar para hospitales, bodegas y distribución de productos de primera necesidad desde ciudades de la costa. La cruda situación no es solo por el fenómeno del Niño. Es el fenómeno del abandono.

Ojalá el renacer guajiro fuera bajo control estatal para que presupuesto y regalías estén lejos de mafias regionales. En La Guajira, hay drama humano.

juanalcas@yahoo.com