LA OTRA CARA
Cuatro brotes
El país enfrenta cuatro brotes externos que debe afrontar con cabeza fría, decisión rápida y protección interna en lo económico y social, sin esperar nada del juego diplomático. Es urgente insistir con la ONU, en el rescate de menores y sus padres, separados por Venezuela.
Aparte de la agresión, aparecen más brotes. Nicaragua reitera que insistirá ante la Corte Internacional de Justicia en La Haya, para que Colombia cumpla el fallo, sobre fronteras marítimas, y dice que desconoce la demanda del Gobierno Santos, presentada el año pasado. Islas de San Andrés, no podrá soportar otro sacudón en su economía turística y pesquera entre otros.
También se suma ahora, el vencimiento del término solicitado para que Panamá, acoja el Acuerdo Internacional de Intercambio de Información Financiera que integran Latinoamérica, Europa y Estados Unidos. De no hacerlo, Colombia estaría obligada a declarar aislamiento económico a ese país, renuente a contar cómo maneja sus finanzas y con quién, como lo exige el pacto mundial contra lavado de activos y narcotráfico.
El cuarto brote es Ecuador, en medio de revueltas políticas contra el Gobierno Correa, en víspera de elecciones, reclama a Colombia por el desbordado contrabando en la frontera con invasión de comercio en sus mercados, especialmente en abastecimiento de alimentos.
Colombia está en emergencia por 4 costados. En la frontera hay esfuerzos públicos y privados que no se desconocen, pero ante el elevado desplazamiento humano, las dificultades aumentan en N. de Santander y La Guajira.
Con Panamá se paralizaría flujo de comercio en bienes de capital, que hacen tránsito por ese país; también la exportación e importación de confecciones y manufacturas. El golpe más fuerte sería al comercio de equipos de alta tecnología digital.
Con Ecuador, los mercados mantienen tensión con el comercio nariñense. Amenazan bloqueo en el Puente Rumichaca, para contener transporte comercial y vendedores, de ida y vuelta, desde Ipiales -Nariño-.
El panorama obliga a trabajar con preferencia en frontera con Venezuela. Urgen inversiones públicas y privadas, con exenciones tributarias para construir vivienda, salud, educación, cultivos básicos del agro y fomento de pequeña y mediana empresa con alivios tributarios.
La OEA confirmó que es organismo adormecido e hipócrita que funciona para sacar dinero a los países. Colombia puede retirarse y no pasa nada. El ciudadano común, menos cree en Unasur, una agencia venezolana. En cambio, se mantiene respeto por Naciones Unidas, llamados a mediar en la crisis.
El camino por ahora es intensificar plan masivo humanitario para atender víctimas y hacer desarrollo, sin mirar la vecindad.