Juan Álvaro Castellanos | El Nuevo Siglo
Jueves, 23 de Julio de 2015

LA OTRA CARA

Juego limpio

SI  en algo ha cambiado la ciudadanía para bien colectivo es en saber escuchar  a los aspirantes a alcaldías y gobernaciones, fenómeno que se advierte con más énfasis en centros urbanos y no pocas regiones del país. Como dice la expresión popular -la gente ya no come carreta-.

Las comunidades de todos los estratos han despejado su mente para analizar, evaluar, comparar y concluir decisiones en favor o en contra sobre lo dicho por los candidatos.  Es la experiencia de los habitantes en ciudades y departamentos, cimentada en la última década, luego de mirar espejos para olvidar en distintas regiones que en su momento fueron a las urnas ratificando democracia.

Ahora la indecisión de votar, si no ha aumentado, se mantiene. Lo dirán encuestas  verídicas lejos de compromisos. Los sondeos muchas veces no son ajustados a la realidad. El escepticismo es el resultado de las malas administraciones municipales en todo el país.

Al margen del viejo vicio de contrataciones amañadas con la rama profesional de obras y servicios ofrecidas por  particulares, se ocultan responsabilidades delictivas de quienes han trabajado en connivencia con mandatarios investigados en la actualidad. 

Es frecuente encontrar decisiones en contravía con la ciudadanía, obras inconclusas, proyectos de infraestructura con fallas de construcción, y como siempre, la dudosa disculpa de que el  presupuesto no alcanzó. Piden los contratistas más financiación y termina la película de ilusiones.

Quienes están en esta etapa preelectoral en calentamiento de motores, siguen un candidato por intereses, no porque  viven un partido, ni lo entienden, ni conocen su ideal, como debería ser. Los partidos no convocan a sus seguidores con frecuencia. Lo hacen solo ante hechos  de interés nacional o caos municipal, porque están obligados a pronunciarse.  

Los botones de muestra del desplome de alcaldes y gobernadores no pueden ser hechos comunes, ni la ciudadanía tampoco tomarlos como si nada ocurriera, así haya las sanciones penales para los responsables. Cifras de la Procuraduría indican que en 10 años, a 2013 se destituyeron 800 alcaldes, en un país con 1.103 municipios. Hasta el mismo año, 23 gobernadores de  32 departamentos,  fueron expulsados. El carrusel de contratos es el vicio más grande en política criolla.

Son argumentos para reconocer dudas del ciudadano del común sobre capacidad, honestidad y consistencia de algunos candidatos. Otra cosa será ir a las urnas sabiendo a quién le depositan su voto.

Los elegidos en octubre tienen el doble reto de gobernar con juego limpio y claras decisiones administrativas, otra forma de construir paz.

juanalcas@yahoo.com