Juan Álvaro Castellanos | El Nuevo Siglo
Jueves, 20 de Noviembre de 2014

Reino agotado

 

Reunir en Cartagena, a 20 jóvenes de distintos departamentos con intención de elegir a la más bella de Colombia, dejó de ser certamen atractivo y novedoso como fue hace 80 años. Era el país del siglo pasado, gobernantes y dirigentes estaban convencidos de que debíamos tener reinas para todo. La costumbre floreció en fiestas tradicionales de pueblos y ciudades. La expresión popular hizo carrera: “La fiesta, no es fiesta sin reina”.

Se coronaron para hacer honor a la belleza de la mujer colombiana y también para asignarle reina al Café, al Algodón, al Turismo, a la Ganadería y al Bambuco, que ya nadie baila.  Quienes integran esos “ramilletes”, como dicen organizadores de ese negocio en maratónica jornada, son jóvenes con  atributos físicos que, no se ponen en duda, aunque al final, los maquillajes y demás arreglos, las hacen ver a todas iguales.

Con el paso de años, el evento de Cartagena, se desprestigió por conflictos internos entre seleccionadores en cada departamento, sumado a presiones económicas de protagonistas del narcotráfico, de otras épocas. Todo lo tradicional vale, si se conserva bien, de lo contrario se ridiculiza. Algunas de las  jóvenes elegidas, como “soberanas”, contribuyeron como en cualquier novelón, a convertirlo por capítulos, en historia sórdida. En poblaciones, la reina era hija o familiar del mandamás de la región.

Al ritmo del crecimiento en población, costumbres, tecnología al servicio de la cultura y reacomodamiento de esquemas sociales, se dejaron de lado hace rato, los clubes donde se fabricaban reinas. Ahora se abren para exposiciones y clases de gimnasia.

No es endilgar lo malo a Cartagena, por el contrario, se piensa que el 11 de noviembre, debería renovarse en el siglo XXI, con creatividad, sin reinas, que se convirtieron en modelos de negocio comercial de particulares, actrices a la carrera, o diseñadoras improvisadas, para utilizar su nombre, en ropa interior femenina, y casarse con famoso de pesos pesados, tema que tampoco   interesa a nadie.

Organizadores que copian Miss Universo, también de capa caída, colocan las participantes en competencia de conocimientos. Les exigen belleza, al mismo nivel con cultura general. Las elegidas, lo transforman en el diccionario del absurdo, con tropiezo y burla.

Ganaría Colombia, con verdadero Festival Nacional de Cultura, en música, con intérpretes y compositores de toda expresión, no necesariamente folclórica; bailes, teatro, cine, en cuanto a producción y guiones; literatura, pintura, escultura y demás.

Sería mejor pasar del  reino agotado, al del talento, con el vigor de todas las expresiones culturales, con nuevas figuras que abundan, y mostrarlo al mundo.

juanalcas@yahoo.com