La Victoria
Circuló con insistencia en varios medios de información del exterior, la decisión asumida por directivos y cuerpo médico del Hospital La Victoria, ubicado en el sur de Bogotá, consistente en la rebaja de un 50 por ciento, en el cobro por concepto de cirugías estéticas, renglón de mayor demanda en los servicios médicos en el país.
La iniciativa se abrió paso, como instrumento práctico y de aplicación directa en favor de la comunidad, asaltada de manera frecuente en su buena fe, por clínicas ilegales llamadas “de garaje”, que han funcionado hace varios años en la capital y distintas ciudades de todos los departamentos.
La medicina colombiana, con puntos de oro, ganados en diversas áreas de atención, en hospitales y clínicas particulares de reconocido mérito, en Colombia y el exterior, se apunta ahora con esta propuesta creativa y oportuna, a un merecido galardón, por prestar servicios a ciudadanía de bajos y medianos ingresos, en contraste con abundante piratería de supuesta atención científica en varias ciudades. La decisión tiene triple celebración. Se reafirma el valor social de la medicina prestada a estratos socioeconómicos sin holgura en sus bolsillos. Le baja espuma de misterio, a operaciones que se consideraban como prácticas médicas, solo para niveles llamados de 5 o más estrellas, y además, aporta buen cabezazo de ideas, para cubrir a sectores sociales que requieren atención en otras especialidades, y en situación difícil, acuden a instituciones públicas. Eso es salvar vidas.
Las cifras demuestran que la rebaja es significativa, en intervenciones para hombres y mujeres interesados en la estética. Beneficia a quienes solicitan lipectomías, blefaroplastias, rinoplastias, cirugías de mama y liposucciones, entre otras. Una rinoplastia de 4 millones, se rebaja a 2 millones de pesos, modalidad que deja en jaque, a muchas clínicas estéticas en barrios y poblaciones del país, en las que muchas personas han fallecido días después de una operación practicada, o aun en los mismos lugares, inadecuados y sin elementos necesarios para el efecto. Ahora la estrategia, une economía social y profesionalismo en materia de servicios, no solo para belleza o apariencia personal, sino por salud, como lo recomienda la misma medicina.
Aconsejable que esta y otras entidades públicas extiendan la iniciativa, para similares rebajas en cirugías urgentes, ante graves enfermedades, de quienes están en la escala de más bajos recursos. Claro, la justa balanza social, implica exigir pagos razonables, a quienes están en capacidad de hacerlos, en instituciones públicas o privadas.
El Hospital La Victoria hace honor a su nombre, con ejemplo de medicina pública, sin marcar estratos en la sociedad.