País 24 horas
Por primera vez en la historia reciente de Colombia, toma vuelo como Proyecto de Ley en el Congreso, la iniciativa tendiente a extender la actividad económica y social sin parar, en por lo menos, 10 de las más importantes capitales de departamento. Si despega la idea, sin duda entrará también en la vida despierta, un buen número de las denominadas ciudades intermedias, cada vez densamente pobladas y en condiciones suficientes para aprovechar como mínimo 12 horas. La medida creará costumbre en otros centros urbanos.
La jornada -24- se impuso en la mayoría de países latinoamericanos, siguiendo el empuje originado en Europa, Asia y Norteamérica. Ajustan actividades, de acuerdo con los cambios climáticos. Aún así, no cierran día y noche. El trabajo lo consideran motor económico. Guste o no a muchos es el primer perfil de la globalización en el siglo XXI, por el desarrollo imparable de la tecnología, el combustible para la vida de las naciones.
Hay que mirar de puertas para adentro, el efecto que tendría para Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena, Bucaramanga, Cúcuta, Pereira, Manizales y Pasto, que por ubicación y desarrollo, están ingresando al camino para ser metrópolis.
En muchas regiones se abriría paso, pese a dificultades conocidas, pero que gracias a la enjundia de sus habitantes, aprovecharían para su habitual lucha por la vida, formar convivencia ciudadana, y mantener un país creativo y productivo. Trabajo, estudio, servicios de salud, fomento cultural, capacitación laboral, y actividades gubernamentales y particulares, tendrían espacio para administrar y servir al público, sin las colas diurnas. Lo importante es la productividad, no la hora. Entre lo bueno, están espectáculos, conciertos, funciones teatrales, festivales y exposiciones, generadores de trabajo y multiplicadores de negocios. Ante lo malo, estar despiertos: delincuencia callejera, desorden ciudadano, tránsito y parqueo desenfrenados, más comercio informal sin organización.
Gremios de industria, comercio, servicios de hotelería, turismo y gastronomía, respaldan la propuesta hecha en el Congreso. Se requiere eficiente iluminación pública, reparación de vías y total seguridad en general, para reducir delincuencia. Cuánto más gente transite en calles, mucho mejor.
Otro capítulo es la normatividad para establecer el número de horas trabajadas, promedio de salarios, y edades en hombres y mujeres, que cubrirán turnos en la madrugada. Hay que adelantarse a la corrupción, para evitar explotación de menores de edad, o de mayores de 40 años que buscarán laborar. Se necesita ojo despierto en Mintrabajo.
El país 24 horas significará cambio positivo, para no solo vivir durmiendo o de fiesta. Mientras Colombia duerme, el mundo despierto, crea, produce y crece.