Doble reto
La emergencia ambiental es resultado del desprecio hacia los recursos naturales, una reserva de las más importantes del mundo y producto del asalto a dineros destinados para protección de cuencas abastecedoras de acueductos municipales. Esa es la verdadera almendra de un delito en crecimiento contra la economía nacional y la destrucción del conjunto en general de la biodiversidad del país.
La Guajira y gran parte de la Costa Caribe, junto a Valle, Casanare Huila y Cauca, entre otros, son los focos donde se deben desarrollar trabajos de recuperación ambiental y, de paso, investigar el rumbo de la inversión de millonarias transferencias. El desastre no es solo por desgano tradicional para fomentar cultura sobre recursos naturales, sino verdadero apetito por dineros del Estado, transferidos a las regiones, por Ley de 1993, -y que hasta 2012- suma más de $ 400 mil millones.
A partir de 1997, el Foro Nacional Ambiental, guardó marcadas reservas sobre el manejo de dineros para el sector. Así desde ese año quedaron en tela de juicio, las partidas estatales giradas a Corporaciones Autónomas Regionales (CAR) y a gobernaciones y alcaldías. La mala costumbre siguió y creció. El total que quedó volando, lo ha citado el primer ministro de Medio Ambiente, que tuvo el país, Manuel Rodríguez Becerra, catedrático, investigador y juicioso defensor de la reserva natural, comenzando por el agua.
Las señales de lo que podría llegar, fueron advertidas desde comienzo de año por Ideam y la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo, pero de cierta forma, olvidadas por todas las autoridades, empresa privada y ciudadanía en general. Es cierto que el interior, en muchas ocasiones ha olvidado a la Costa Atlántica, sin embargo, la autoridad de esos 7 departamentos, siempre actúa con retraso y mezcla politiquera. Tampoco pasa inadvertido el asalto en Casanare, con desaparición de dineros para el acueducto de Yopal.
La Nación está llamada a emprender acción humanitaria. No se desconoce pronta pero aún corta reacción del Gobierno Nacional, al atender en La Guajira, la perforación de pozos para la obtención de agua. Falta convocatoria nacional, ante la muerte de niños y adultos en medio de hambre y desolación. Las llamadas ´locomotoras´ del desarrollo, también tendrán que prender motores en sitios de esta tragedia, en lugar de simples proyectos.
No se requiere -estudio de estudios- para sacarle plata al Estado. Los expertos saben lo que debe hacerse para una preservación ambiental permanente. Es doble reto para el país: atención a víctimas, incluida rehabilitación de terrenos, y vigilar al centímetro los dineros destinados.