Detrás del empleo
Una cosa son los saludables indicadores económicos del país en reservas internacionales, inversión extranjera y demás que alentaron como vitaminas el crecimiento al cerrar el año, y otra la realidad de los cinturones de miseria alrededor de los principales centros urbanos y de muchas de las denominadas ciudades intermedias.
No puede desconocerse que fue evidente el esfuerzo oficial y privado para reducir a un dígito el desempleo terminado 2011. Al mirar con atención las cifras de cinco ciudades con más golpe laboral, se encuentran vacíos profundos, nada extraños.
Falta creatividad y enjundia de la población y sus autoridades para sacudir con imaginación la generación de empleo. El eje cafetero no puede vivir solo alrededor de su producto bandera. En la década de los 50 lo vieron con acierto empresarios y sin tecnología empujaron su propósito por más de 40 años; Pereira se convirtió en epicentro de las confecciones. Con el relieve de manufactureras se hicieron pioneros en exportación. Hoy Pereira está entre las de más desempleo, acompañada de su vecina Armenia.
Tampoco la riqueza agrícola, golpeada por distintas razones en el Tolima, puede ser única herramienta para Ibagué, que ya completa más de tres años con marcada debilidad laboral.
Se unió a pasos acelerados la histórica Popayán, donde, sin desconocer el influjo del golpe criminal de los grupos armados que tomaron la zona, falta al mismo tiempo reto creativo.
Por ejemplo, hacer de la cultura una gran empresa nacional en música, cine, teatro, turismo y gastronomía, con alto nivel internacional. Es la vocación de la gente en esa ciudad, sumado a lo que podría ser un museo de tradiciones colombianas, escenario propicio para ferias, exposiciones y negocios, al menos hacia América Latina.
Y se mantiene a Chocó y su capital Quibdó, con marco de crudeza, olvido, racismo y corrupción. El más modesto estudio social por regiones lo dice: todo está por hacerse.
Están próximas las licitaciones para acelerar la reconstrucción de municipios por desastre invernal y afianzar obras viales, pensando en el TLC. Se muestran los proyectos, pero no se menciona cómo será el enganche de mano de obra. La iniciativa por regiones, incluida Bogotá, exige fomento laboral creativo y no burocracia.
Detrás del empleo, la inversión extranjera debe aprobarse con prioridad a quienes proponen hacer empresa productiva, con valor agregado para exportar, con estímulos para que se instalen donde está el desempleo. Solo así se puede creer que los buenos vientos de la economía llegan a todos.