JUAN ÁLVARO CASTELLANOS | El Nuevo Siglo
Jueves, 10 de Abril de 2014

LA OTRA CARA

Desplazados

El   más antiguo de los fenómenos sociales que han sacudido al país  en varias décadas, está vigente alrededor de principales ciudades y, quizá, con mayor énfasis en la periferia de Bogotá.

El desplazamiento no solo por el conflicto armado, sino también por el índice  de pobreza extrema y olvido total que tiene características de convertirse en movimiento ciudadano a medida que sus integrantes recorren distintas regiones hasta llegar a la capital. El cálculo de autoridades de Soacha-Cundinamarca estima en 45 mil personas el desplazamiento hasta 2O14. En la semana rondan  Bogotá, buscando vida en lo que salga. De acuerdo con reciente informe de Naciones Unidas, en los últimos 20 años se triplicaron los desplazados en la región central del país. El cuadro está formado por familias, con alto número de menores y personas  mayores de 70 años de edad. Todos añoran su terruño. Eso prueba que es válido contemplar el reintegro a sus regiones. Esta población tiene su rebusque con reventa de toda clase de productos en mercados y sitios  públicos. El micro-tráfico de droga ha sentado sus bases utilizando jóvenes en busca de trabajo. Los adolescentes están  cerca de la delincuencia.  La solución no son los operativos policiales sino los planes de asistencia social, educación y capacitación laboral.

Es el reflejo del Chocó y el Pacifico. Algunos han llegado de Buenaventura, donde por más que disminuyan los homicidios, no hay trabajo, salud y educación. Una cosa el control militar y policial, y otra, el desarrollo anunciado que nunca llega.   

Otro ángulo lo forman quienes huyeron de poblaciones caucanas atacadas por la guerrilla; se cuenta a grupos indígenas, quienes han sido objeto de  presión armada y despojo de bienes. La creciente actividad constructora en Soacha ha irrigado trabajo a  desplazados, pero no es fuente permanente, porque esa industria  demanda mano de obra capacitada.

Fundaciones sociales particulares, trabajan con medicamentos, ropa, alimentos y atención básica a lactantes. Sus recursos quedan cortos. Las - ONG no pueden cargar con todo.

¿Cuántas veces los gobiernos han  prometido frenar con soluciones el desplazamiento?  Los millones fluyen para campañas políticas y disminuyen para programas comunitarios.

Programas delegados de la ONU en Colombia han sugerido  reintegrar estas personas a sus regiones, con oportunidades de trabajo, protección y subvenciones, como se ha atendido a numerosas poblaciones en iguales condiciones en otros conflictos en el mundo. El Gobierno nacional está obligado al margen de la  campaña presidencial, a emprender y mantener una gran acción social, para evitar una tragedia humana.