LA OTRA CARA
No atinamos
La carta legislativa al aproximarse mitad del año, refleja la realidad del país de la verborrea en todos los órdenes, porque no concreta ideas para plasmarlas en hechos que, al final mediante consenso, se podrían convertir en ejecuciones razonables, producto del entendimiento entre Gobierno, poderes del Estado y ciudadanía.
Como estaba dicho, el acuerdo entre Gobierno y educadores quedó cojo, porque el Ministerio de Educación, intenta tomar otro rumbo en cuanto a la aplicación de evaluaciones a los profesores, insistiendo en modificar los ascensos, según Fecode.
La justicia está incrustada en maraña de conceptos nacidos en el interior de cada una de las ramas de ese poder, con sus apetitos personales y de grupos, mientras la ciudadanía espera se reforme con limpieza, el cuadro democrático que mostramos para todo. No hay quien desenrede ese nudo de la jurisprudencia, incluido el deplorable caso Pretelt que contribuyó a opacar la credibilidad en la justicia.
Se prendieron luces económicas y sociales alrededor del Plan Nacional de Desarrollo, (PND) sometido a aprobación del Congreso. La intención de darle un amplio y efectivo cubrimiento a todas las regiones, se diluyó con la inclusión en el Plan, de “contribuciones económicas” de sectores productivos al Presupuesto de la Nación. No son otra cosa, que más impuestos.
Completa más de un año, el mano a mano, entre poderes del Estado, sectores políticos, Gobierno, empresa privada y analistas económicos, alrededor de la eventual venta de Isagen. Con trompetas y tambores, se anunció desde comienzos de 2014, que es el recurso financiero para las esperadas obras viales de infraestructura 4G. Si el proyecto comenzó a ahogarse en debates, lo mejor era preparar con los expertos económicos otra fórmula para realizar las obras y que estas cumplan sus contratos de ejecución con la capacidad del bolsillo de la Nación, aunque no todas se construyan al tiempo.
Se ha desconocido la estrategia de alianzas público-privadas desarrollada en el mundo. Por eso no hay que hablar más del Metro para Bogotá, proyecto campeón de verborrea, hace más de 55 años.
Y hace más de 20 se está hablando de la recuperación del rio Magdalena y la rehabilitación higiénica del rio Bogotá, proyectos que ratifican el desbordamiento de palabrería para crear ilusiones ciudadanas.
No atinamos una, es la expresión popular, propia para el momento colombiano con más labia que hechos, en cuanto a grandes proyectos. Todo es parte del sainete tragicómico criollo, saturado de propuestas, ideas, debates, bloqueos y aplazamientos para no hacer nada.