Cuestión de peces
Con absoluta certeza no hay ciudadano que se oponga de manera pública a la anunciada estrategia contra la corrupción, preparada por el Gobierno para enfrentar el delito más grave en el país. Este propósito se mira con reservas en distintos medios ciudadanos, basados en el principio popular que dice: “hecha la ley, hecha la trampa”. En privado, funcionarios públicos y particulares, cuando son tentados por la corrupción, lo piensan dos veces. Dinero y prebendas tienen imán. Y una de las trampas es crear disfraces para aparentar un negocio, o recibir prebendas a través de terceros.
Aún así, durante décadas se han hecho proyectos para enfrentar todas las formas de corrupción. Es una de las razones, por las cuales, el país se llenó de trámites, que a su vez, multiplicaron las oportunidades para que los corruptos encontraran caminos que profesionalizaron ese delito. Gobiernos y sectores privados, en décadas pasadas, buscaron luces para encontrar los rincones más corruptos del país. Hubo investigaciones que los encontraron en la casa estatal, a instancias de instituciones de absoluta respetabilidad, con emblemas que pregonan orden, justicia y rectitud.
Si se nombran y se detallan cuáles, sin duda su dirigencia dirá hoy, que fueron hechos del pasado, que no tienen por qué removerse y que han sido corregidos hasta convertirlas en ejemplares.
La expresión de quienes afirman que, “en esta entidad hay cero corrupción,” muchas veces dice lo contrario, y se repite como escudo para alejar sospechas.
A la hora de otro intento anticorrupción, no puede haber excepciones. Partirá desde la mesa gubernamental del Consejo de Política Económica y Social, organismo constitucional a la diestra del Presidente de la República. Es hilo conductor de cumplimiento en economía y desarrollo para los sectores público y privado. Al leer el bosquejo de la iniciativa se encuentra que el propósito es crear organismo de inteligencia, encabezado por fuerzas del Estado, la Unidad de Investigación Financiera de Impuestos Nacionales, la rama judicial y Policía.
Tiene vacios, porque de manera paralela, se debe mover campaña educativa para mostrar cómo no hacer corrupción. Además reclaman su lugar, ministerios de Educación, Salud, Transporte, Minas, Trabajo y Comercio, entre otros, con participación de gremios económicos, para que asuman responsabilidades de Ley.
Es prioritario mostrar el objetivo con esencia, para no convertirla en simple campaña institucional de Gobierno, como sucede con el reiterado mensaje en televisión, sobre locomotoras de desarrollo. No todas prendieron.
Ahora es cuestión de peces. Si se pretende llegar a la profundidad de las aguas de la corrupción donde están los peces gordos, no hay que olvidar que también peces flacos y chicos, abundan por encima.