Enfrentar el bajón
En Venezuela la devaluación del bolívar frente al dólar, fue decisión asumida con urgencia por el Banco Central que semanas atrás venía advirtiendo al Gobierno provisional de Nicolás Maduro, la dimensión de la crisis económica, agrietada antes de salir Chávez para Cuba, y peor aún, luego de dos meses de ausencia.
La fuente periodística desde Caracas confirma así para esta columna, que los medios de prensa, radio y televisión, se auto-controlan en noticias, no favorables para el Gobierno, por temor a ser blanco de ataques de los movimientos defensores del chavismo, que ven enemigos por todas partes. Otro tanto, aunque con menor restricción, hacen las agencias internacionales de prensa, con sus oficinas centrales en Caracas. Informan sin ahondar en detalles.
En distintos niveles políticos y económicos toma fuerza la aparición de Chávez, de un momento a otro, en un regreso que será traumático, por su crítico estado de salud -dicen-. No hay certeza que llegue a renunciar, o qué decisión asumirá.
El clima político tensiona la economía interna y externa, esta última ligada en comercio de productos básicos y materias primas exportadas desde Colombia, que llegan a 3 mil millones de dólares anuales, la cifra más baja en muchos años.
La escasez de productos de primera necesidad, es atribuida a acaparamiento que crece en principales ciudades, ante las expectativas por el inmediato futuro de los acontecimientos.
Como el petróleo venezolano aguanta para todo, en el crudo centran expectativas de ingresos, con precio de 106 dólares por barril exportado.
La devaluación provocó movimiento comercial hacia la frontera colombiana, donde aumenta el desplazamiento de contrabando, que es buena parte de lo acaparado en Venezuela. Manufacturas y confecciones se quedaron sin compradores en Cúcuta.
En la frontera hay contraflujo: algunos colombianos comprando barato en Venezuela y otros esperando los de contrabando, que a su vez, golpea al comercio legal nortesantandereano.
Un cuerpo elite de control colombiano, como el anunciado, debería ser permanente. La franja en norte y oriente está en medio de la crisis vecina.
El episodio tiene efectos directos en Colombia. Es la frontera más grande con lugares olvidados. Se requiere protección efectiva en lo económico. Debe ser compromiso social de Estado, por el bien común de apartadas zonas de Arauca y Vichada.
Enfrentar el bajón es prioridad, al menos de manera provisional, con reducción de impuestos y financiación crediticia para la pequeña y mediana empresa. Una cosa son las grandes industrias exportadoras desde el interior colombiano, y otra, el comerciante con local en frontera. Las deudas en bancos no esperan.