Oscuro por dentro
En Colombia los acontecimientos superan lo insólito, se elevan, provocan resonancia y luego caen en la cruda realidad. La dirigencia pública y privada está acostumbrada. La ciudadanía los sufre.
En Interbolsa, sí hubo incendio. No habían dicho la verdad. Las llamas no alcanzaron a todos los vecinos financieros. El humo y los daños siguen. Amenazan a unas 30 empresas. Aún no se conoce la magnitud del destrozo en inversiones.
Ojalá se cumpla el compromiso de los propietarios del grupo, para responder con sus patrimonios que suman 80 mil millones. La situación podría dejarlos en las puertas de la Fiscalía General.
Muy tarde durmió en el sofá, el Superintendente Financiero. El humo en Interbolsa comenzó 3 meses antes.
Toma vuelo la propuesta de expertos, para aplicar vuelco en el funcionamiento de las comisionistas de Bolsa, y en parte del sistema financiero.
Al pasar la página se observa cómo el Gobierno se entusiasma con los indicadores, sin mirar la realidad de la economía.
El país en el exterior, ofrece y concreta negocios tanto de Gobierno, como de empresa privada. Los efectos sociales son pálidos.
El nivel de asalariados legalmente contratados, se estancó en el último semestre en 42 por ciento, dentro de población en edad laboral.
El empleo que se genera es por servicios, informal y sin compromisos de contrato laboral. Así coinciden el Consejo Privado de Competitividad y la OIT. Otra cosa es que el trabajador come callado.
Al Congreso de la República le preocupa más, la compra o alquiler de 200 camionetas blindadas, que valen $ 29 mil millones.
Exigen camioneta en Bogotá y en sus regiones, por seguridad. La misma protección que piden los ciudadanos.
Están de espalda a la Reforma Tributaria, de la que se espera empleo y desarrollo. Como algo especial, se comprometen a trabajar este fin de año de lunes a viernes.
El récord de noviembre, lo puso el poder judicial, con paro de más de 30 días y no pasa nada.
No queda atrás una pregunta ciudadana: qué tiene la Procuraduría, para que el titular, quiera reelegirse. Se siente Presidente de la República, en la sombra.
Se investiga otra vergüenza: las cinco condecoraciones en la Policía, por valor de 120 millones. Son dineros que necesita la institución para asistencia social y salud.
Ocho niños caminan a diario 6 horas, para ir y volver, entre su casa y la escuela en periferia de Mitú. El maestro es el verdadero héroe. Le pagan tarde. Parece que a nadie le importa.
Así es el catálogo colombiano, brillante por fuera y oscuro por dentro.