Al grano
Hay que enfocar los reflectores de la vida nacional sobre planos realistas en los que se desenvuelven los principales retos económicos y sociales para el país. Avanza el año de grandes exigencias ciudadanas para el cumplimiento de propósitos inaplazables, con responsabilidad directa en decisiones de Gobierno, Congreso, Cortes, empresa privada y sociedad en general.
En orden de importancia, de lograrse el acuerdo de paz y la estructura de la etapa de posconflicto, se formará el vértice que habrá de impulsar el cúmulo de expectativas para pasar de proyectos a realidades. Al margen de la saludable confrontación de ideas y conceptos sobre términos del acuerdo es alentador el creciente respaldo internacional para que Colombia por fin y en orden consolide su ideal.
La pedagogía para la paz requiere ubicarse en primer lugar de la comunicación de Gobierno con ciudadanía. Un mensaje sencillo, sincero y realista, de los puntos acordados en la agenda de negociación y sus proyecciones, aporta más, que declaraciones y frases acartonadas en medios oficiales o desde instituciones gubernamentales. La didáctica pacifista debe ir a organizaciones campesinas, comunales y laborales de todos los estratos socioeconómicos. Lo acordado para la paz, no puede quedarse en recintos cerrados. Airear lo avanzado en escenarios públicos es requisito a partir de este trimestre, valorando las críticas, algunas razonables y, otras que navegan como hace muchos años, en el fanatismo ideológico, con tendencia a imaginar lo peor, o a desprestigiar la negociación.
En otra plataforma están quienes deciden en la economía. Ese empuje se aguarda para preservar empleo en todas las escalas, blindando protección social, equilibrio justo en tributación y garantías jurídicas a la inversión empresarial. Eso es construir paz.
El Plan Nacional de Desarrollo (PND), a consideración del Congreso, impone debate responsable, ágil y con resultados, tanto como la Reforma Tributaria Estructural, para no improvisar más con cambios cada año.
Cualquiera que sea la temperatura económica, con o sin desaceleración, agricultura y agroindustria, esperan para responder con todos sus motores. Ojalá con la anunciada financiación prevista por el ministerio de Agricultura.
El hacinamiento carcelario con 118 mil personas en 138 penales, vigilados por guardianes afiliados a 59 sindicatos, es caos y golpe a indicadores de derechos humanos, junto a la prometida atención humanitaria para cientos de menores que la reclaman en La Guajira y Chocó. Es la vista real de lo que sucede en las plataformas de la actividad nacional. La solución es ir al grano, con decisión en lo prioritario, sin quedarse en debates.