Las niñas víctimas

El esfuerzo humanitario con inteligencia y organización, para apoyar a la población marginada, desarrollado por la Fundación Plan en Colombia, organismo internacional, tiene en esta fecha, una respuesta positiva a su trabajo, al declarar Naciones Unidas, el 11 de octubre, Día Mundial de la Niña. Es una distinción y a su vez, la renovación de una perspectiva de propósitos para alcanzar en corto tiempo, la verdadera recuperación de  menores violentados en el país y en el mundo.

Las oficinas de Plan, institución no gubernamental, en 70 países donde funciona, tuvieron eco en su iniciativa, que en adelante se convierte en un medidor de la protección a las niñas, la población más agredida con distintas formas de violencia.     

Este reconocimiento no puede quedar simplemente como una fecha, con flor en el calendario. Al contrario, es una luz de alerta que impone volcar un verdadero interés nacional, con campaña permanente en favor de las niñas.

 En el país, las niñas de 0 a 18 años llegan en 2012, a 8 millones 43 mil, que indica que son el 17.3 por ciento de la población de menores.

Embarazo adolescente, violación y explotación sexual, trabajo infantil, violencia intrafamiliar, asesinatos y suicidios, se suman al desplazamiento forzado en el conflicto armado. Son diversas las formas de hostigamiento y engaño en varias regiones. Plan explica que de acuerdo con la Defensoría del Pueblo, son 14 mil, los menores en armas, con un elevado número de niñas en oficios domésticos y sometimientos sexuales.

Es un argumento más, para que el Proceso de Paz incluya representación de la mujer, como víctima del conflicto.

La agenda de diálogo, debe exigir la entrega de niñas y niños, para ratificar sinceridad, verdad, y ante todo, cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario. 

Colombia continúa siendo uno de los países con mayores cifras de desplazamiento en el mundo. A 2011, de 52 mil 679 menores  desalojados de sus hogares, el 48 por ciento son niñas.

Gabriela Bucher, directora de Plan, en el país, destaca la labor de gestores sociales de la institución, quienes afianzan un trabajo integral, aplicado con intensidad, para reducir la violencia contra los menores. Este enlace humanitario está en zonas marginadas, junto con Bienestar Familiar, Departamento para la Prosperidad Social y ministerios de Salud y Educación, entre otros.

La otra cara para la paz, reclama labor tangible de  Gobierno y Sociedad civil, con una estrategia como la emprendida por la Fundación Plan, para salvar con urgencia a las niñas víctimas.