JOSÉ MANUEL RESTREPO ABONDANO | El Nuevo Siglo
Jueves, 27 de Septiembre de 2012

Un debate mal planteado

 

Es sorprendente, pero en Colombia los debates sobre temas trascendentales, suelen darse derivados de temas de menor importancia. A manera de ejemplo, como resultado del insulso y envenenado debate sobre si debería haber reelección del Procurador, ahora resulta que se abrió una nueva página del tema sobre el aborto.

Sorprendió la Ministra de Justicia, de un gobierno que supuestamente fue elegido con el convencimiento de su defensa a la vida, con una propuesta de última hora sobre la despenalización amplia del aborto. De inmediato vino lo mismo de siempre, amigos y enemigos de la propuesta.

Y de entrada creo que el debate está mal planteado. Aquí el problema no es entre la persecución o no de la mujer, o entre la aplicación de penas a un tema o no que condena una o más religiones, o a un debate moral.

El debate de fondo es si como nación privilegiamos la Cultura de la Vida o la Cultura de la Muerte. Inquieta de entrada que un gobierno que promueve la paz, desde su Ministerio de Justicia decida aplicar la justicia de la muerte a seres indefensos en el vientre de su madre. Se pregunta uno si eso significa aplicar verdaderamente la justicia. Y de otro lado se pregunta uno, si es posible hablar de paz, cuando, a la primera oportunidad se promueven políticas públicas que nada tienen que ver con ello.

Y luego viene la cabeza del Congreso de la República, médico a su vez, quien defiende, como todos los colombianos de bien, los derechos de las mujeres; pero a continuación se le olvida que los aún no nacidos son seres humanos, y tienen el derecho a la vida, y nosotros la obligación de hacerles respetar ese derecho.

Se equivoca Roy Barreras pensando que la discusión del aborto es un tema religioso, pero se equivoca aún más cuando tácitamente desconoce la existencia de un ser humano en el vientre materno. Basta simplemente ver una ecografía para darse cuenta de que eso que se visualiza en ella, es mucho más que un apéndice o una mera enfermedad.

El debate entonces debe plantearse entre quienes quieren una legislación que promueva la vida, que sea capaz de defender a los niños, incluso a aquellos que están en etapa de gestación y tienen derechos; y todos los que creen que vale promover, así sea parcialmente la cultura de la muerte, y desconocer el derecho a la vida de seres humanos indefensos.

No es pues este un debate entre los derechos de una mujer o no, o entre penalizar o no penalizar, sino si como sociedad seremos capaces de defender los valores fundamentales de la civilización y de la humanidad.

Y ni siquiera esto puede convertirse en un tema de mayorías o minorías, así las mayorías hoy sean partidarias de la vida humana. Es un tema de ser capaces de defender la dignidad de los seres humanos, que arranca con la defensa de la vida misma.