JOSÉ MANUEL RESTREPO ABONDANO | El Nuevo Siglo
Jueves, 24 de Octubre de 2013

PROBLEMA ESTRUCTURAL

Desde la economía me despido

A  pesar de todos los esfuerzos, del elaborado programa PIPE, de las reflexiones de agenda competitiva, la industria, según la encuesta de opinión industrial de agosto, seguirá postrada. El resultado es que los inventarios aumentan, la producción cae y siguen nubarrones en el clima de los negocios.

Se podría argumentar que esto se deriva de la crisis internacional o que finalmente se ven reflejados los paros del mes de agosto. Sin embargo, queda en evidencia de que el problema es bastante más estructural. El tema de excesivos costos y problemas serios de contrabando, tasa de cambio y pérdida de competitividad, hacen pensar que aún falta mucho por hacer. No sobrarán los comentaristas que dirán que vivimos un proceso de desindustrialización, y razón tendrían si el indicador utilizado es la proporción de la industria en la producción total. No obstante el fenómeno es más complejo. Como les sucede a la mayoría de los países latinoamericanos, si no todos, la industria ha venido perdiendo participación como resultado de una nueva forma de desarrollo productivo, en donde aparecen temas como los servicios en “outsourcing”. Cuando se miran las cifras en valores absolutos, la realidad es que la industria lleva muchos años creciendo en generación de empleo, en producción y en ventas.

Pero dicho lo anterior, nadie puede tapar el sol con las manos. La industria está paralizada, sus inventarios están aumentando, y es especialmente desalentador el estado de textiles, siderurgia, automóviles, autopartes y aparatos de uso doméstico. Lo anterior, en medio de una economía que creció sorprendentemente en el último trimestre por encima del 4%, y en la que el consumo e inversión siguen creciendo.

Mientras esto sucede, Colombia continúa dependiendo de una tasa de cambio Obama-Bernanke, en la que las pugnas políticas respecto al techo de la deuda norteamericana y las inquietudes de si se restringe o no la política monetaria expansiva en EE.UU. generan más inestabilidad cambiaria en nuestro país. Hoy entonces los empresarios no saben para dónde va la tasa de cambio, y sin embargo sí saben que sus costos son excesivos (en energía, en logística, en transporte, en materia laboral, entre otros asuntos) y crecientes.

Así las cosas, el país enfrenta hoy el reto gigantesco de devolver la industria a la senda de un mejoramiento, lo que implicará un esfuerzo más crítico, más deliberante, más profundo y más estructural en el que deben participar los gremios, las empresas privadas y el Gobierno nacional.

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De postre

Después de más de 10 años y con el agradecimiento a un medio que aprecio, admiro y reconozco como un ejemplo de prensa libre y responsable, dejo las páginas de El Nuevo Siglo para vincularme a otra publicación nacional. Agradezco a mis lectores críticos, al Director del periódico y su editor y a Juan Gabriel Uribe, por haberme concedido este espacio que siempre recodaré como un rato mágico de inspiración y reflexión profunda sobre la realidad de nuestro país en materia de educación, cultura y economía. ¡Gracias por su apoyo de siempre!

jrestrep@gmail.com