JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ GALINDO | El Nuevo Siglo
Viernes, 6 de Junio de 2014

Segunda vuelta

 

Tras una primera vuelta accidentada, el proceso de elección del nuevo Presidente de la República entra en su etapa final y definitiva. Como ninguno de los cinco candidatos iniciales obtuvo la mayoría necesaria para pasar en primer vuelta, tres semanas más tarde (el 15 de junio) tendrá lugar, según dispone la Constitución, la segunda vuelta entre los dos candidatos que alcanzaron la mayor votación el 25 de mayo: Óscar Iván Zuluaga y Juan Manuel Santos.

¿Qué debería ocurrir a lo largo de estas tres semanas?

Es evidente que, como lo anunciaron los candidatos en la noche del domingo, ambos buscarán alianzas para hacerse con los votos de los candidatos eliminados en primera vuelta. Y, aunque esto es normal y tiene lugar en todas partes del mundo, cabe anotar que, al menos en la campaña del presidente Santos, veremos unidas a las tendencias más disímiles desde el punto de vista ideológico y doctrinario. De ganar Santos, deberá armar todo un rompecabezas para constituir el gobierno, dando participación a todos los sectores políticos que lo acompañen. Pero, con independencia de las coaliciones que puedan surgir, puesto que no todos los votos son endosables, será vital para los dos aspirantes la exposición de sus ideas, programas y proyectos.

Es necesario que erradiquen de una vez por todas la “guerra sucia” y la “campaña negra” a las que ambas campañas acudieron en mal momento; que despidan por justa causa y sin indemnización a los asesores expertos en tan deplorables estrategias y se concentren, más que en desacreditar al contrario, en mostrar lo que piensan y planean. Los colombianos necesitamos que los candidatos nos informen, con claridad y seriedad, hacia dónde irá el país, según el enfoque y propósito de cada uno, en los próximos cuatro años.

¿Qué quedó de la “guerra sucia”, que jamás debe repetirse en el país? La formulación de sindicaciones relativas a la posible comisión de delitos, y en tal sentido ya las investigaciones de la Fiscalía han principiado y no pueden ser interrumpidas o cerradas al solo conjuro de la votación. Esas investigaciones continuarán y, en nuestro criterio, deben ir hasta las últimas consecuencias.

Sin perjuicio de ello, lo que viene ahora es la presentación limpia, fundamentada y organizada de las opciones que tendremos en materia de políticas públicas y grandes proyectos para enfrentar los graves problemas del país en los varios asuntos que lo preocupan.