JOSÉ FÉLIX LAFAURIE RIVERA* | El Nuevo Siglo
Lunes, 6 de Enero de 2014

BIONAUTA

¡Esto no va bien!

 “Se gesta una izquierda continental articulada”

Grandes decisiones de política exterior se acumulan peligrosamente. En el entretanto, la opinión pública y en especial la clase dirigente no quiere mirar con  atención el complejo vecindario que ha emergido en América Latina. En el hemisferio, las otrora democracias dieron un paso al costado y hoy exhiben neopopulismos con síntomas de anarquía y totalitarismo. Un fenómeno que muchos asocian a la configuración de puntas de lanza de regímenes extremistas, un rencauche de la Guerra Fría o el avance del Foro de Sao Pablo. Por supuesto, el Gobierno Nacional parece más dispuesto a permitir la intromisión en nuestros asuntos internos -el desenlace de los diálogos de La Habana depende más de Cuba y Venezuela que del propio Gobierno- o la reciente violación de la soberanía, antes que enfurecer a nuestros nuevos “mejores amigos” en la región o ponerle coto a sus pretensiones expansionistas territoriales o ideológicas.

Quizás por ello, hoy miramos impávidos la indefinición del litigio limítrofe con Nicaragua y la inactividad jurídica ante la Corte de La Haya, a más de un año de su lesiva decisión; o, la incontestada nota de protesta, tras el sobrevuelo ilegal de aviones de guerra rusos. Y mucho más, la dinámica que han tomado los reiterados permisos para misiones militares, procedentes de la “nueva cortina de hierro” que se intenta imponer en la región. 

Insisto: Nos convertimos en simples observadores de la reconfiguración geopolítica de la región y de la progresiva penetración militar de China, Rusa e Irán. Nada hay de casualidad. Los países del Alba escalan la carrera armamentista y de cooperación en temas de seguridad con potencias ajenas y distantes. América ya no es de los americanos: sentenció el Secretario de Estado, Kerry. Nadie está midiendo los riesgos. 

Hay analogías que sirven para ilustrar la coyuntura. Churchill en su discurso en Fulton, Missouri, de 1946, decía: “ha caído sobre el continente un telón de hierro (…) No creo que deseen la guerra. Lo que quieren, son los frutos de la guerra y la expansión indefinida de su poder y de sus doctrinas. (…) Pero  las dificultades y peligros no desaparecerán porque cerremos los ojos…”. 

Eso, suponiendo que se trata de un desliz en el manejo de nuestra improvisada Política Exterior. Aunque una segunda hipótesis puede llevarnos a preguntar, sí estamos caminando hacia un gobierno más comprometido con ideologías “foráneas”, por temor a enfrentarlos o porque participa de ellas. Un escenario que supone la presencia de una izquierda continental con una propuesta ideológica articulada. Una izquierda como la que no existía en el país y que puede lograr desde la democracia lo que no pudo por las armas.

Los partidos de izquierda tienen derecho a hacer política. No faltaba más. Lo que preocupa son sus alianzas con el Foro de Sao Pablo o incluso con regímenes más extremistas y de prácticas abiertamente antidemocráticas. Pero, independientemente de cuál sea la realidad, sabemos que no vamos bien y que mientras nuestra clase dirigente se abanica distraída en las poltronas centralistas de Bogotá, un nuevo fantasma recorre el hemisferio y amenaza con hacerse al poder mientras un Gobierno ausente, subyugado y lerdo mira a distancia y por encima del hombro.

 *Presidente Ejecutivo de Fedegán.

@jflafaurie