EL COLOR
La pena de muerte
Los relatos sobre la crueldad de la agonía del reo Clayton Lockett, en su ejecución en la cárcel estatal de McAlester, en el Estado de Oklahoma, EE.UU., fue una noticia que ocupó primeras planas de los medios de comunicación en el mundo.
La ejecución de Lockett, un afroamericano de 38 años, condenado al patíbulo por el asesinato de una joven de 19 años, fue calificada de atroz y generó diversos tipos de reacciones en las organizaciones defensoras de derechos humanos en el mundo.
El caso de Lockettcomo el de otros que han sobrevividoa las espeluznantesejecuciones hace parte de la horrorosa historia de la aplicación de la pena de muerte enun paísque se autoproclama guardiánde la libertad y adalid de la defensa de los derechos humanos en el mundo. Sin embargo, en 32de sus 50 Estados sigue vigente uno de los sistemas más crueles de impartir justicia yestáentre los 68 países que no han abolido esta condenable práctica en el mundo.
Se ha demostrado que la aplicación de la pena de muerte en EE. UU. se hace con la lupa racial, los juicios son parcializados y discriminatorios: la mayoría de los condenados son negros y latinos. Los negros sonel 12% de la población estadounidense y sobre ellos recae más del 45% de los condenados a la pena de muerte, dos de cada tres reos ejecutados son negros o latinos.
Los estudios de varias universidades y de organizaciones abolicionistas demuestran que hayuna tendencia a que los negros sean más condenados a muerte. En un estudio dela Universidad de Yale se concluyó que la probabilidad de que personas negras sean condenadas a muerte son tres veces más altas que la de los acusados blancos en casos donde la víctima también es blanca y enlos casos de condenas por crímenes interraciales se demuestra que se ejecuta a un promedio de 13 negros por cada blanco.
Según Amnistía Internacional la mayoría de los crímenes en EE.UU. son cometidos por criminales contra víctimas de la misma etnia. Pero en los últimos años un promedio de 200 negros han sido ejecutados por asesinar a personas blancas, cifra 15 veces menor que los números de blancos que han sido ejecutados por asesinar a negros.
En conclusión: no es que los negros son más asesinos que los blancos como se observa en los racistas estereotipos en películas gringas, sino un sistema judicial que los condena con mayor predilección por el simple color de su piel y ese esuno de los factores que más influye sobre la vigencia de la pena de muerte en la tierra de la “libertad”.
Twiter: @j15mosquera
*Periodista