Sin herramientas
Terminó el último debate y la única conclusión que se me ocurre es que los candidatos desperdiciaron la oportunidad de hablar con la gente y convirtieron el espacio en un corredor de chismes de cocina.
Me sorprende la postura de Enrique Peñalosa, quien se mostró incapaz de argumentar y de respaldar su conocimiento. Al final del debate terminó perdido entre críticas y perdió su compostura para terminar, con hojas en mano, convirtiendo todo en un recital de quejas sobre lo que ha hecho el Polo Democrático.
Lo más triste de todo es que, al criticar las pasadas administraciones de ese partido, delega parte de la responsabilidad en su propio compañero: Luis Eduardo Garzón.
Gustavo Petro y su arrogancia hablan desde la postura crítica, válida pero ineficaz a la hora de legislar y construir. Su discurso, aunque esperanzador para algunos, es una clara muestra de la demagogia populista que arrastra desde la izquierda colombiana y con la que pretende demostrar que en Bogotá vale más la propuesta que la carrera.
Absurdo que convirtiera el debate en una constante queja contra la administración y los programas de Peñalosa. Su gran capacidad argumentativa pasó inadvertida y demostró que tiene más habilidad para criticar que para construir.
Con su actitud Peñalosa y Petro le apostaron a menospreciar al electorado y en lugar de explicar porque ellos se dedicaron a explicar por qué el otro no.
La crítica de Peñalosa al populismo de Petro carece de sentido cuando el mismo ex alcalde enfatizaba, como un mensaje de advertencia, sobre lo que “Petro no va a hacer”. Convirtiendo el debate en un espacio demagógico, demostrando que el Peñalosa de las actuales elecciones es un candidato vacío, incapaz de construir y enfocado exclusivamente en tumbar al otro para ganar por descarte y no por mérito.
Parody, por su parte, se mostró más técnica y con un discurso reposado que le permitió dar más fuerza a sus propuestas que a la constante acusación que caracterizó el debate. De todos los candidatos expuso la que, a mi juicio, es una de las propuestas más interesantes: vivienda más amplia a menor costo.
A diferencia de muchas promesas de campaña, una vivienda más amplia nos habla de una perspectiva mucho más humana, pensada en el ciudadano y no en la estadística de la posteridad electoral.
Concluida la campaña electoral y los debates sólo resta esperar la decisión de los ciudadanos. Mi voto, como lo he dicho en un par de ocasiones, es por Gina Parody. Por su capacidad de proponer en lugar de desacreditar y porque de todos tiene una visión tan humana que parte de revalidar las bondades de la base de la sociedad: espacios de vivienda dignos.
@barrerajavier