En 2014; elecciones, fútbol y…
“Preocupación e incertidumbre por política internacional”
Como tuve tiempo he leído treinta artículos en estos días de Navidad y Año Nuevo coincidentes en que el 2014 es año de elecciones, futbol y proceso de paz de La Habana, consignando anhelos por un Congreso menos malo, para que al presidente Juan Manuel Santos le vaya bien -la mayoría de los columnistas dan por descontada su reelección- y con la esperanza de que nuestro equipo de balompié clasifique en los cuartos de final en Brasil.
El primer mandatario, en su alocución de fin de año, destacó la disminución del desempleo, que la corrupción sigue combatiéndose, que se incrementan programas de vivienda, que los años venideros serán de infraestructura con construcción de autopistas e insistió en las reformas de la salud, educación, en la tributaria, sin explicarlas. Eso era imposible en una intervención de quince minutos llena de amables alusiones.
Elecciones, Futbol y Paz, pero ¿Qué de la política internacional? ¿Hablaremos con Nicaragua para suscribir tratados teniendo en cuenta a los raizales del archipiélago de San Andrés y Providencia? ¿Nos limitaremos a defendernos de las dos nuevas demandas ante la Corte Internacional de Justicia, con asesoría de juristas extranjeros, en dilatados trámites donde lo menos perjudicial será que no sobrevengan otros fallos, inaplicables, desde luego, como el de noviembre del 2012, para crear enredos adicionales a los actuales? El señor Presidente de la República no mencionó el tema y ninguno ha tenido la amabilidad de informarnos cuál fue el concepto de la firma inglesa Travolta, a la cual tanto despliegue se hizo respecto de posibles recursos frente al fallo y si este ha sido tenido en cuenta para conformar un nuevo equipo, siempre en uso y abuso de la diplomacia secreta, lo cual no altera el inapelable juicio histórico ni las responsabilidades.
La vida sigue, los trinos y tweds continúan, el Papa habla, llegan las fechas de pago de impuestos, Bogotá necesita Alcalde, los derechos humanos deben protegerse, las normas constitucionales cumplirse, el gasto público reducirse, pedimos que termine el anuncio de decisiones incoherentes para ocultar problemas, que si hay diferencias entre los partidos ellas sean por razones fundamentales y lo principal superar el estrecho criterio de repartición de presupuesto, contratos, burocracia.
Las palabras de Santos fueron escuchadas por millones de personas que despedían el año viejo, en horas de sintonía máxima. Las tomamos positivamente, entre otras cosas porque nada distinto podemos hacer. Los colombianos lograremos más si la clase dirigente nos devuelve la fe, pero, seamos sinceros, los pronósticos por el tono de la campaña y los gritos de los candidatos, que se lleva el viento, señalan que el sentido común y la paciencia son útiles para afrontar dificultades que vienen.