En Perú, Pedro pablo Kuczynski
EL Perú del presidente electo exhibe cuatro mil años de civilización. La división entre fujimorismo y anti-fujimorismo, con la imagen de fondo del ex presidente que derrotó a “Sendero Luminoso” pero actuó autoritariamente y cometió delitos que lo tienen cumpliendo prolongada sentencia se zanjó a favor de Pedro Pablo Kuczynski, candidato de la coalición adversa a Keiko Fujimori, más del 50% de los votantes sufragó en su contra, prefiere un gobierno de consenso.
Hubo participación grande de la clase media en Lima, Arequipa y las principales ciudades, no se duda del respaldo de las Fuerzas Armadas a la decisión adoptada en las urnas, la mayoría de escaños en el Congreso son del partido “Fuerza Popular” en cabeza de Keiko (73 parlamentarios), la aprobación de leyes no parece fácil, el apoyo legislativo todavía no es claro. Habrá repartición milimétrica de cargos en el Ejecutivo, al igual que la presencia de asesores técnicos dada la formación profesional del ex ministro de economía, su vinculación a organismos internacionales y su trabajo por la integración continental en el Banco Mundial.
La situación económica de Perú se mantiene en niveles aceptables, no depende del petróleo, sí de la minería que representa el 10 % del Producto Interno Bruto -principalmente extracción de cobre, oro y plata-, con comunidades opuestas a que se perjudique el ecosistema, tal el caso de los proyectos Conga de la empresa New Mont en Cajamarca y Tía María en Arequipa de Southern Copper, los cuales necesitan ordenarse para evitar enfrentamientos con los campesinos. Seguridad, creación de empleo, mayor igualdad social en un país con treinta y un millones, calidad educativa, revisar las medidas contra el narcotráfico son temas de campaña que están en la agenda de la coalición. La libertad de expresión se garantiza.
Perú cumplirá sus compromisos internacionales, el cuadro político latinoamericano cambia. Involucrados en lo doméstico perdemos el ritmo de acontecimientos importantes. El populismo no está de moda, contrasta de entrada la posición de Kucsynski con la línea antidemocrática del presidente Nicolás Maduro en Venezuela, el lenguaje difiere, no hay afinidad posible entre ellos y esto merece destacarse porque habrá en breve, sin violar el principio de la no intervención, propuestas de Perú en el seno de la OEA para preservar el respeto por los derechos humanos y la salida al descarrilamiento de la “Revolución Bolivariana.”
Me correspondió ser embajador de Colombia en Perú en tiempos de atroz violencia superada, gracias al presidente Alberto Fujimori, sin que esta apreciación signifique defensa de sus equivocaciones. Celebro el resultado de los comicios, abogo por el fortalecimiento de programas bilaterales y multilaterales, en beneficio común.