Entre Salomón y Maturana
RESPECTO de las demandas de Nicaragua en La Haya nos ubicamos entre los fallos salomónicos y “perder es ganar un poco”, con la asesoría de juristas contratados hace años en posición contraria a la definida por el presidente Juan Manuel Santos de desconocer la competencia del Tribunal en cuanto a la solicitud del vecino país para extender su plataforma continental a más de 200 millas náuticas y de suscribir Tratados para desenredar la sentencia del 2012 que borra el meridiano 82 como frontera.
Ante la notificación de la Corte Internacional de Justicia de fijar en el caso de la plataforma un plazo, entre el 28 de septiembre de 2016 y el 28 de septiembre de 2017 para recibir memorias de los dos Estados, la señora canciller sostiene: “La decisión de no comparecer no implica renunciar a hacer uso del derecho de defensa en el mencionado proceso, tal y como lo prevé el artículo 53 del Estatuto de la Corte,” es decir “estamos pero no estamos.”
Eso es difícil de entender, como la actitud de no asistir a la convocatoria del debate convocado en el Congreso para explicar el derrotero en un tema que se refiere a acordar el futuro del mar en el Caribe lo cual no es trazar líneas en perjuicio del medio ambiente, de la protección de la reserva de “Sea Flower,” del derecho a la pesca, del espacio aéreo, de las reglas para exploración y explotación de recursos, del acuerdo que debe concretarse con Nicaragua y otros Estados para desarrollar un gran programa de integración, en beneficio común.
La determinación presidencial no hila con las noticias dispensadas a cuenta gotas por la cancillería y dificulta el respaldo que muchos hemos comprometido empezando por los señores ex presidentes y la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores. ¿Se abre un capítulo de diplomacia secreta que conduce a más “fallos salomónicos? El país tiene el derecho de ser informado, de saber quiénes y con cuál autorización prosiguen la entrega de Soberanía con olvido de que tienen la obligación constitucional de asumir responsabilidades y de justificar sus actos.
Los ciudadanos deseamos que los representantes de la Nación, especialmente quienes propusieron el debate, pospuesto varias veces, hagan sentir su voz y que los citados concurran a explicar qué hacen y hacia dónde nos dirigimos. Queremos enterarnos de la forma como procederá Colombia de acuerdo con lo determinado por el presidente de la República.
Recuerdo a asesores y agentes la existencia del verbo renunciar, concilio católico no se celebra con cardenales protestantes, ni saldremos adelante con el “perder es ganar un poco.” Creo que el propio profesor Maturana está de acuerdo con lo anterior.