Jaime Pinzón López | El Nuevo Siglo
Miércoles, 27 de Abril de 2016

Aulas siglo XXI

EL REJO, el pupitre, la pizarra, y la tiza  son obsoletos. La educación multidisciplinaria, el uso del internet, unen  academia con  nuevos espacios de 360 grados,  luz y  mobiliario. Los estudiantes son los grandes protagonistas del cambio. La verdad del conocimiento no la tiene el profesor aislado, el investigador solitario, la sombra del árbol donde en tiempos remotos se impartía la lección.

 

En el mundo la innovación es ostensible y los campus  muestran otra cara. La revolución llega, la modificación de estructuras físicas concuerda con la alta calidad, mentes y cuerpos se expanden. El esfuerzo no es sencillo,  cuesta pero produce resultados.

 

De esto se trató en interesante coloquio celebrado en la Tadeo con las exposiciones marco de los arquitectos norteamericanos Frank Locker y Peter Brown, del experto español en el empleo de recursos  David Martínez, de la rectora Cecilia María Vélez y de representativos arquitectos colombianos.

 

Desde la distribución de zonas de descanso, las temperaturas, el color de las paredes y hasta la inclinación de las sillas importa en el desempeño de maestros y estudiantes,  herramientas de la moderna pedagogía. La paz no se limita a dejar el fusil, a no sembrar más minas quiebra patas, al perdón y al resarcimiento de los sufrimientos de las víctimas,  se vincula a las variables del proceso cultural.

 

Los proyectos de Aula siglo XXI de los Andes y la Javeriana, de Eafit en Medellín, de la Universidad del Norte en Barranquilla, por ejemplo, como el del colegio Anglo Colombiano en la capital, están a la vista y en pocos meses a sus renovados espacios agregará la Tadeo Lozano el original e impactante edificio de Artes con influencia urbana decisiva para la renovación del centro de Bogotá.

 

El país cuenta con  planta educativa que ha mejorado.  En  primaria los niños utilizan parte de los avances tecnológicos. Se cometen errores y perplejos nos enteramos de los abusos por fuera del esquema arquitectónico  con la  entrega de alimentos en una escuela donde toman fotografías de menús aceptables para engañar,  dan gaseosa y pan. Hay que rectificar, supervigilar,  usar cámaras en determinados sitios, corresponde redoblar  esfuerzos tendientes al  avance en infraestructura desde la primaria y la secundaria hasta la Universidad, inversión social  indispensable.

 

Las instituciones  tienen que  acertar en sus planes de planta física, la pluralidad crece.  Frente a los problemas de clientelismo, corrupción, violencia, hablemos de paz, ella tiene  relación con el uso de recursos, la calidad, el cubrimiento de la educación, el acierto en el diseño de laboratorios, auditorios, bibliotecas, aulas virtuales, campos deportivos. Es hora de extender el concepto de aulas siglo XXI, de seguir convirtiéndolo  en realidad.