El nuevo matrimonio
Por Jaime Pinzón López
MATRIMONIO y mortaja del cielo bajan. La Corte Constitucional, aun cuando falta la ponencia que debe aprobar la sala plena, confirma el derecho de las parejas del mismo sexo a unirse en matrimonio. Colombia es el vigésimo tercer país en avalarlo, con base en la igualdad y los vínculos solemnes reconocidos desde el 2011 elevan su categoría. Los jueces y notarios seguirán celebrando contratos con efectos legales amparados en la sentencia del alto Tribunal. La decisión de casarse o no casarse compete a hombres y mujeres quienes determinan libremente su estado civil, así la iglesia mantenga la posición de que el matrimonio debe coincidir con el sacramento católico el cual reitera el criterio de permanencia de la familia tradicional y el objetivo de la procreación. El fallo de la Corte se relaciona con una realidad inherente a la manifestación emocional y erótica del ser humano, a la integración igualitaria.
La comunidad LGBTI está de plácemes, había obtenido el reconocimiento de sustitución pensional para sobrevivientes, herencia en la unión marital de hecho, visita conyugal y adopción, respecto de la cual existen posiciones encontradas en el Congreso donde se gesta un referendo en contra de otorgarla a parejas del mismo sexo teniendo en cuenta observaciones sobre protección y formación de los niños. En cuanto a demostraciones públicas de afecto, la Corte hace cinco años dio la razón a los demandantes expulsados de un centro comercial de Cali por besarse.
El desarrollo de la providencia, con sus alcances, toma tiempo. Que cada quien adopte la decisión de casarse o no casarse corresponde al libre albedrio, al igual que recurrir al divorcio cuando las cosas no funcionan. En el nuevo matrimonio corresponde confirmar las causales de divorcio, en su mayoría las mismas que rigen para el matrimonio heterosexual. Me hubiera gustado escuchar la opinión de Oscar Wilde, pero como ello no es posible simplemente la imagino.
Con independencia de la parte afectiva hay aspectos que conviene tocar, por ejemplo, crece el número de matrimonios heterosexuales, contraídos por personas jóvenes con mayores, convenios concertados por motivos económicos alejados al sentimiento del amor, tendientes a conseguir sustitución de pensiones. El tema se amplia y habrá bodas en las cuales heterosexuales afirmen ser homosexuales en el camino de concretar adquisición de beneficios materiales. Difícil evitar que ello ocurra, el tema debe estudiarse con cuidado.
Deseo suerte a quienes contraigan matrimonio gay, ojalá que lo piensen antes de suscribirlo. Alejandro Dumas decía: “El amor es física, el matrimonio química.” En ocasiones los compromisos permanentes duran menos. El dilema estriba en qué es mejor ¿Casarse o no casarse?