DE LÍMITES Y TRATADOS
La advertencia de Laureano
CUANDO hace quince años publicamos en la Tadeo el libro El ataque de Nicaragua, con los doctores Germán Cavelier y Alberto Lozano, argumentamos por qué no deberíamos ir a La Haya, como que una sentencia de ese Tribunal sobre fronteras sería inejecutable, que éstas solamente pueden variarse mediante Tratados, que la Constitución no se reforma por providencia de organismo internacional y preguntábamos ¿Qué finalidad tiene el proceso instaurado contra Colombia, si los dos Estados no pueden ejecutar la decisión que llegara a adoptar la Corte Internacional de Justicia? Incluimos el concepto del doctor Laureano Gómez, de 1938, quien ocupó más tarde la Cancillería y la Presidencia de la República.
Advertencia del doctor Laureano Gómez: ¨Más en lo que se refiere a Tratados de límites, la posibilidad de someterlos a juicio de organismos internacionales no tiene antecedentes en la historia diplomática. Los Tratados de límites, como su nombre y su género lo expresan claramente, fijan y estabilizan el territorio de las naciones que los negocian; marcan y señalan sus fronteras cuyas variaciones no pueden hacerse sino en virtud de otros Tratados, potestad soberana de la Nación. La sombra siquiera de un compromiso internacional que adquiera Colombia de alterar o revisar sus límites por la decisión de un organismo Internacional, así sea el más alto, respetable e imparcial, es en grado máximo peligrosa porque ninguna Nación debe contraer compromisos jurídicos que no le sea lícito o factible cumplir.¨
El artículo 101 de la Constitución señala: “Los límites de Colombia son los establecidos en los Tratados Internacionales, debidamente ratificados por el presidente de la República y solo podrán modificarse en virtud de Tratados aprobados por el Congreso. Cualquier sentencia que implique modificaciones territoriales es inejecutable y no cabe alegar la supremacía del Derecho Internacional sobre el Nacional”.
La que desconoce el meridiano 82 y parcela el mar se desenredará mediante Tratados y en cuanto a extensión de la plataforma continental de Nicaragua, la Corte de La Haya tendrá que meditar si se arriesga a crear el desorden mundial, con violación de los miles de Tratados que existen en el planeta. El presidente Juan Manuel Santos ha sido claro al fijar la posición de Colombia y seguramente en el curso de los próximos días adoptará las decisiones pertinentes teniendo en cuenta que los Tratados deben acordarse de manera bilateral y multilateral, sin perjudicar a países involucrados como Jamaica, Costa Rica y Honduras. La determinación debe sustentarse ante la comunidad internacional y nuestras representaciones diplomáticas recibir las instrucciones correspondientes. Este el primer paso en el camino de concretar acuerdos mediante el diálogo para superar fallos de imposible cumplimiento.