JAIME PINZÓN LÓPEZ | El Nuevo Siglo
Miércoles, 15 de Octubre de 2014

Entre billones y billones

 

El ministro de Hacienda, en los últimos días, ha realizado esfuerzos para conseguir la aprobación de la reforma tributaria con la cual aspira a cubrir un hueco presupuestal de 12.5 billones de pesos e insiste en gravar la riqueza, elevar el CREE, mantener el impuesto del 4 por mil, incrementar la tarifa de renta, quitar la devolución del dos por ciento en el uso de tarjetas de crédito, controlar la evasión; promete que el Gobierno se apretará el cinturón, revisar la exoneración de impuestos a las Fundaciones y, aun así, está lejos de hacer realidad la consecución de esos billones. Ha conseguido preocuparnos a las personas naturales y a las sociedades. Seguimos con atención el debate. 

No hemos salido del  asunto y con bombos y platillos se informa que la primera línea del metro de Bogotá, después de costosos estudios, de las incisiones en calles de la capital -las cuales siempre me alarmaron- costará  15.000 billones de pesos y ante este presupuesto el Director de Planeación Nacional advierte que el Gobierno no tiene de donde sacar dicha suma, que se vería en aulagas para aportar el setenta por ciento de los recursos y anota cómo el ejecutivo suponía que el valor  sería de 6.000 billones. Agrega que los programas de movilidad quedarían paralizados, nuevos trayectos de Transmilenio sin construir, puentes en suspenso y supongo que para no alarmar omitió referirse a la imposibilidad de recuperar la malla vial y a tapar los otros huecos, esos que tampoco podrá llenar y pavimentar la máquina tapa huecos que colapsó.

El Alcalde Mayor habla de hacer la obra por valorización y olvida la bomba del predial, anticipando que quedará lista en el año 202l, con falta de sentido común y menos realismo que el de nuestro compositor vallenato cuando creó ‘La casa en el aire’. Nos movemos entre billones y billones. Los dos casos indican inconsistencia y falta de claridad.  Creo que reforma presupuestal habrá con modificaciones y que su impacto será negativo para el ahorro, el consumo, la creación de empleo. En cuanto al metro recuerdo el artículo publicado en 1947 por el escritor José Antonio Osorio Lizarazo, quien expuso las bondades y fallas de la propuesta, para concluir: “Es muy probable que bajo el peso de la opinión el propósito del gran túnel se guarde junto a ese otro prospecto pintoresco de Acuerdo presentado por un concejal  declarando a Bogotá tierra caliente”. Lo peor, hay amigos  que creen poderse subir al metro de Bogotá antes de morir. Todo esto entre billones y billones. Quisiera equivocarme y referirme al trazado, a la belleza de los diseños, a las estaciones, a la protección del medio ambiente, a la movilidad durante la ejecución de la obra, a sus beneficios. Pero no vale la pena entre billones y billones.