Galeón en su lecho del mar
DE visita el Ministro de Justicia de España por nuestro país, dio declaraciones sobre el Galeón San José, de diversa naturaleza, algunas de las cuales compartimos y otras sobre las que estamos bien distantes. Dijo, por ejemplo, en entrevista al periódico El Tiempo que “el caso del galeón San José hay que abordarlo desde el diálogo: no se trata de ver quién tiene más derecho, basado en un convenio internacional. Estoy seguro de que cada uno puede alegar (derechos)”. Agregó que ellos (España) puede “decir que ese buque es español, pues según el derecho internacional un barco tiene la nacionalidad de la bandera que lleva cuando se hunde. Ahí están enterrados cientos de españoles que fallecieron con ocasión del naufragio, y por lo tanto nosotros pensamos que lo mejor que se puede hacer con un barco hundido es respetar el patrimonio cultural que eso significa y dejarlo donde está.”
Bueno, reclamos sobre el Galeón los vienen haciendo varios países que alegan tener derechos; España en primer lugar, por las razones que aduce el Ministro de Justicia; también lo reclaman empresas norteamericanas, que dicen haber denunciado el tesoro que allí se contiene; incluso el Perú, pues de ese Virreinato provenía la mayor parte del tesoro que se trasportaba desde Portobello hacía Europa cuando sucedió el naufragio.
Los derechos de Colombia descansan en un documento trascendental, sobre el cual no se admiten discusiones y que se conoce como el acta de independencia, la cual ya tiene doscientos años de antigüedad y gracias a ella, son de propiedad de esta nación, la murallas de Cartagena, El fuerte de San Felipe, los baluartes y todas las propiedades que en ese momento pertenecían a la corana española y desde donde se ejercía el poder del Virreinato de la Nueva Granada, incluyendo, todo tipo de muebles, como armamentos, material de guerra, barcos y obviamente, los inmuebles de la Corona.
Sucedió además que el hundimiento del galeón ocurrió en el mar caribe territorial colombiano, a lado de las islas del Rosario. No estamos hablando propiamente de altamar
Pero fuera de todo lo anterior, tuvimos la cautela de no caer en la trampa y por ello no firmamos el convenio de la Unesco que pretendía que reconociéramos ingenuamente, que los barcos hundidos seguían perteneciendo a través de tiempo, al país de su bandera. Pero si han pasado más de doscientos años y la España de entonces, territorialmente no es la de ahora. En nuestro mar caribe hay hundidos mil doscientos galeones que son nuestros.
Además, si nos referimos al contenido del cargamento del galeón, todo era producto del saqueo que significo el coloniaje, que distaba mucho de provenir de la madre patria.
Así tenemos que el patrimonio cultural que allí se contiene pertenece, sin dubitación alguna, a los colombianos y esa es la premisa que no se puede poner en discusión. A partir de allí, claro que es bien venido el dialogo y los convenidos para rescatar el patrimonio sumergido sobre el cual ambos países tenemos interés histórico.
Sobre el galeón hay muchos intereses que lo único que buscan es el oro y resulta que puede tener tanto valor e interés cultural u pedazo de mástil, o de casco del mismo galeón. Extraerlo es bien costoso y conservarlo afuera todavía más, por ello, mientras nos podemos concentrar en ello, con toda la técnica y podamos contar con los recursos que tal empeño implica, a lo mejor la propuesta de dejarlo donde está, sea la más conveniente para los intereses nacionales; que por el momento el galeón siga donde se encuentra, allí en su lecho en el mar.