Jaime Alberto Arrubla Paucar | El Nuevo Siglo
Jueves, 22 de Enero de 2015

La inversión extranjera

 

Colombia es considerada por el Banco Mundial como el primer país en Latinoamérica que protege la inversión extranjera y el sexto en el mundo, lo que indica que la política pública de atraer la inversión foránea comienza a dar resultados. Se ha incrementado considerablemente la inversión extranjera que hoy significa el 4.5 del PIB y se ha aumentado doce veces en los ultimos 20 años, al pasar de 1.447 millones en 1994 a 12.700 millones en el 2014.   

Somos un país seguro para el inversionista en la medida que la Constitución da un tratamiento igualitario a extranjeros o nacionales en cuanto a sus derechos y la proteccion de los mismos; el sistema jurídico brinda estabilidad a la inversión y se garantiza que no se presente una doble tributación. Contamos además con sistema corporativo que facilita establecer sucursales a las sociedades extranjeras y constituir sociedades en Colombia sin que tengan que acudir a socios locales.

Colombia desde hace 23 años comienza un proceso intenso de apertura económica y firma de tratados comerciales de libre comercio que hoy tiene con 71 países, que la convierten en atractiva para la inversion, además de su sostenido crecimiento económico en los últimos años, de los primeros en Latinoamérica, que nos colocan como la tercera economía de la región.

Sin embargo, de un pronóstico tan favorable sobre el tema, me ha llamado la atención en un Foro en Málaga -España- donde participan empresas extranjeras que han tenido la experiencia de invertir en Colombia, quienes se quejan de varios aspectos que les arroja su experiencia. En primer lugar la gruesa carga impositiva que deben tributar en nuestro país, que alcanza hasta el 40 por ciento sumados todos los impuestos; el despropósito que significa para ellos pagar el cuatro por mil a las transaciones financieras; la alta tramitología o tramitomanía que deben cumplir ante todas las autoridades públicas para el ejercicio de la iniciativa privada. Difícil explicar que no hemos podido desmontar un impuesto recesivo porque tenemos tremendo hueco fiscal.

Todavía traemos los estigmas que nos dejó el imperio del narcotráfico, afortunadamente superado pero que supone explicaciones sobre el mal recuerdo y su superación. Los avances en seguridad se reconocen y existe la expectativa sobre el futuro del proceso de paz.   Si alcanzamos este objetivo seguramente habremos superado otro de los grandes obstáculos para nuestra cabal imagen como país receptor de inversión.

No obstante las dificultades, qué satisfactorio es poder salir al extranjero  a hablar del país, de sus logros y de un futuro que despeja para los inversionistas y las nuevas generaciones.