Avanzan acuerdos en La Habana
Con gran regocijo se recibió la noticia de haberse llegado a un primer punto de acuerdo en los diálogos que se adelantan en la Habana, entre el Estado colombiano y la insurgencia de las Farc. Indiscutiblemente es una noticia alentadora, que pone en buen camino el proceso, aunque todavía falta un gran trecho por recorrer.
El primer comentario se relaciona con el principio sentado, que mientras no se presente un acuerdo sobre todo no hay acuerdo sobre nada. Eso está muy bien, “todo o nada”, pues el propósito buscado es lograr la paz total y no unos simples acuerdos accesorios que no conduzcan a ella.
Algo de desconcierto había ocasionado la publicación de la conferencia que dictó el Alto Comisionado para la Paz en la Universidad Externado de Colombia, aparecida en un periódico de amplia circulación nacional, primer texto ordenado que nos ilustra de hacia dónde vamos con el proceso; hace referencia al conflicto armado, al acuerdo general y final, a los cinco puntos sustantivos y al sexto punto de garantías; la fase tres llamada transición, etc.
En este aspecto de la transición la meta que se propone es de diez años para poder hacer realidad todas los puntos que se están discutiendo, es lo que llaman temporalidad; y siguen otros puntos como la excepcionalidad y la territorialidad. También señala que los acuerdos que se están construyendo en La Habana son la base de la transición, que constituyen el “que”, mas no el “como”. Es decir, lo que se está haciendo es apenas la cuota inicial para una gran transformación que se espera de la sociedad y de todas sus estructuras, económicas, jurídicas y políticas.
La sensación que quedó de la intervención del Alto Comisionado, es que estamos imbuidos en una discusión de alta filosofía política, que puede que se concrete algún día, que ojalá podamos verlo. Es el plan que debe tener todo Estado para colmar las ilusiones de sus conciudadanos.
El primer punto acordado está en la misma línea. Pareciera que estuviéramos leyendo apartes de la Constitución Nacional de 1991 y los principios y garantías que inspiran a un Estado Social de Derecho. Bienvenido este primer reconocimiento de los alzados en armas a la Constitución Nacional y el propósito del Gobierno para orientar sus políticas hacía una eficacia real de las normas fundamentales.