En el acto de celebración de los 25 años de la Constitución de 1991, en Rionegro, el gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez, en su intervención citó un párrafo de la novela de García Márquez, El amor en los tiempos del cólera, en la que se afirma “era el recuerdo de Víctor Hugo, quien disfrutaba de una celebridad conmovedora al margen de sus libros, porque alguien dijo que había dicho, sin que nadie lo hubiera oído en realidad, que nuestra Constitución no era para un país de hombres sino de ángeles”. Pérez Gutiérrez asumió esa referencia como cierta, pero ello no corresponde a su rigor histórico.
Efectivamente en el libro Reportaje de la Historia de Colombia aparece la reproducción de la carta que el célebre escritor francés le dirige a Antonio María Pradilla, acusando recibo de un ejemplar de la Constitución de 1863, a la que calificó de “una Constitución para ángeles”.
Las novelas nunca son una fuente fidedigna de datos históricos porque sus autores, de algún modo, han tenido una especie de licencia consentida para invocar a su manera los episodios de la historia, de acuerdo con las técnicas que utilice el narrador.
En la novela citada, también se sostiene que Rafael Núñez fue “tres veces presidente de la República, filósofo, poeta y autor de la letra del Himno Nacional, según podía aprenderse desde entonces en algunos diccionarios recientes.” Lo cierto es que Núñez ocupó durante cuatro períodos la presidencia de la república.
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Bolívar y Marx
El periodista Heriberto Fiorillo recuerda en su columna de El Tiempo un escrito de Carlos Marx, recogido en The New American Encyclopedia, de 1858, en el que se refiere en términos desapacibles a algunos episodios de la vida militar del Libertador a quien presenta como “el Napoleón de las retiradas”, restándole mérito a su condición de estratega militar. Del mismo modo lo acusa de manipular decisiones con “simulacros de renuncias” al mando que le confiaban nuestros pueblos.
También afirma que cuando el Congreso de Colombia formuló una acusación contra Páez y este “respondió con una revuelta abierta, la que contaba con apoyo y aliento del propio Bolívar; éste, en efecto, necesitaba sublevaciones para abolir la Constitución y reimplantar la dictadura.”
Sobre la reunión del Congreso anfictiónico de Panamá en 1826 dijo que “la intención real de Bolívar era unificar a toda América del Sur en una república federal, cuyo dictador quería ser él mismo.”
Como se puede deducir se trata de un juicio producto, seguramente, de la insidia y maledicencia de sus enemigos porque sostener una desmesura de tales características a tanta distancia y sin conocer personalmente a los protagonistas de la guerra de independencia, no puede tener sino ese origen.
En la parte final del escrito de Marx se cita al general franco-alemán Ducoudray-Holstein, quien publicó en 1828 un libro de memorias con mucho encono sobre la vida del Libertador. Por ello resulta fácil advertir la influencia que pudo ejercer ese texto sobre quien escribió la nota en comento.